La prostitución callejera en la Porta de Sant Antoni se ha ido extendiendo hacia las Avenidas.

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Blancas contra negras, españolas contra nigerianas. La tensión se palpa en el ambiente y de las amenazas se ha pasado ya a las manos. Quizá por primera vez, las habituales que ejercen la prostitución en la Porta de Sant Antoni han unificado criterios para rechazar la presencia de las negras. Antonia, por ejemplo, se queja de que ellas "las negras" «nos están quitando el pan y encima insultan a nuestros muertos y nos llaman putas y sidosas, cuando son ellas las que traen el virus de su país».

La madrugada del pasado sábado se produjo una reyerta entre dos travestis y una prostituta española y un grupo de ocho nigerianas. «Estaban todas a nuestro lado "cuenta la española" y como siempre nos insultaron. A mí me llamaron gorda y se burlaron de mis muertos. Yo le estampé a una el bolso en la cara y después hubo trifulca. Los dos travestis se liaron también a mamporros con ellas y poco después vino la policía. Cuando llegaban los coches, una negra que estaba en el suelo iba a levantarse y entonces otra le dijo que se quedara quieta hasta que llegaran los agentes».

Otra mujer que ejerce en la Porta cuenta que en otra ocasión «una de las negras se encaró con una compañera, que está embarazada, y le dijo que con un cuchillo le rajaría la barriga y le sacaría el niño». Otra noche se produjo un enfrentamiento verbal, según nos cuenta María: «Íbamos a por ellas y salieron corriendo hacia las Avenidas mientras nos gritaban que fuéramos a la Plaça d'Espanya. Será porque por allí tienen a todos sus macarras y amigos». Las prostitutas españolas no paran de contar historias. Una de ellas asegura que «las negras son unas guarras». Y continúa con su versión de los hechos: «¿Sabes lo que hacen? Cuando acaban de 'ocuparse' con un cliente tiran los preservativos cerca del colegio público. El otro día estaba lleno de 'plásticos' y eso es una cosa que nosotras nunca hacemos».