La joven hallada en Esporles fue asesinada a sangre fría

Los investigadores trabajan a un ritmo frenético y son absolutamente parcos en sus manifestaciones, para no entorpecer los avances. Ayer por la mañana continuó la autopsia a los restos mortales hallados en un saco en la finca de Son Dameto y se determinó que la joven fue encañonada a la altura de la nuca y luego el asesino apretó el gatillo. En un principio se sabía que la bala le había alcanzado la cabeza, pero era necesario trazar la trayectoria del impacto. Ahora, con los nuevos datos, parece todavía más probable que la víctima fuera ajusticiada con premeditación y alevosía. ¿Por qué no existe denuncia por su desaparición?. Esa es una de las principales cuestiones que a marchas forzadas trata de esclarecer la Policía Judicial. Uno de los razonamientos destacados, que no el único, se refiere a la posibilidad de que la mujer fuera extranjera, aunque tampoco se descarta que viviera sola y que nadie la echara de menos. No obstante, esta última hipótesis se antoja improbable. El collar de bolitas que apareció entre los restos mortales puede convertirse en una de las claves para identificar el cadáver. Es una pieza característica, que podría ser reconocido por familiares y amigos, y a falta de huellas dactilares o documentos personales es una de las 'tablas de salvación' de los agentes.

Otra de las incógnitas a despejar es la del escenario del crimen. La autopsia ha descartado que la mujer fuera asesinada en la cuneta de la carretera de Esporles, por tanto; ¿dónde se cometió el crimen?. De acuerdo con las primeras conjeturas, la joven debió ser ajusticiada en un lugar próximo, quizás en un municipio limítrofe (Palma, Bunyola...) y luego la trasladaron hasta ese margen de la C-710, presumiblemente de noche. El hecho de que la Benemérita piense que existe más de un implicado se fundamenta en que no es sencillo trasladar un cadáver e introducirlo entre la maleza.