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Una avería eléctrica en un televisor estuvo a punto de destruir un piso de la calle Margalida Caimari número 24 de Palma, una travesía de la calle Aragó.

El aparato, aproximadamente a las ocho de la tarde de ayer, comenzó a arder y las llamas se extendieron a una mesa y a las cortinas de las ventanas del comedor. En la vivienda, un cuarto piso, se encontraba en esos momentos la propietaria, que cuando comprendió que no podía controlar la situación salió a toda prisa al pasillo y cerró la puerta. La mujer, en estado de gran agitación, llamó a una vecina y le pidió que cortara el suministro eléctrico en el edificio, lo que impidió que el siniestro adquiriera mayores dimensiones.

Una dotación del Cos de Bombers y efectivos de la Policía Local acudieron a la finca de Margalida Caimari y se aseguraron, en primer lugar, de que no había ningún residente herido. Cuando los funcionarios entraron en la casa, provistos de equipos de oxígeno, se encontraron con una gran acumulación de humo, por lo que mientras sofocaban los focos del incendio procedieron a airear las dependencias. Los bomberos destacaron que el fuego no se extendió por falta del aire, y en concreto por el hecho de que la señora cerró las puertas y aisló el comedor.