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Los vecinos de la Costa de sa Pols y la calle Sant Miquel se despertaron en la madrugada de ayer sobresaltados por un incendio intencionado que se declaró en unas tuberías de plástico de la vía pública y que provocó grandes llamaradas. La rápida intervención de los bomberos evitó desgracias mayores, pero la iglesia de Sant Miquel, en su fachada, resultó dañada por el humo y el fuego.

Las tareas se vieron dificultadas por la altísima toxicidad del humo, ya que se trataba de tuberías de plástico. El lateral de la parroquia de Sant Miquel sufrió daños de cierta consideración que serán subsanados.

Los funcionarios investigaron las causas del fuego y llegaron a la conclusión que se trataba de alguna «gamberrada», ya que la estructura de madera y las tuberías no están en contacto con ningún aparato eléctrico que pudiera desencadenar las llamas.