Julio Bastida y javier Jimenez en Crónica negra.

Katharina Glaser era una septuagenaria alemana que residía en un chalet de Cala Murada, en Manacor. A finales de julio de 2006, apareció misteriosamente muerta de un disparo. Su compañero sentimental, Rudolf Messerer, acabó derrumbándose y confesó que escondía la carabina del asesinato en un hueco secreto de una mesa de la cocina. Era carpintero y se había asegurado de que nadie hallara el arma. Esta es la crónica de un crimen que puso a prueba al Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que finalmente pudo probar el asesinato.

El carpintero de Cala Murada
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