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La enfermedad de Cupido no es un mal que se manifieste en análisis de sangre o radiografías, sino en los rasgos de la personalidad y a lo largo de las diversas situaciones a las que nos enfrenta la vida. Natasha, una mujer de 90 años, plantó cara a los convencionalismos con un comportamiento audaz y logró que las mentes más sesudas debatieran sobre los límites de salud y enfermedad. Natasha era una anciana entre ancianas, seria y discreta. Su vida era completamente rutinaria, integrada en las condiciones de la tercera edad. Su comportamiento resultaba totalmente falto de demostraciones excesivas. Pero cuando cumplió 88 años algo cambió en su mente. Despertó un día con un estímulo nuevo y extravagante, una marcada atracción hacia los hombres jóvenes. De pronto se volvió tan coqueta como a los quince años, alegre, graciosa… Al parecer sufría la enfermedad de Cupido. Al menos ese fue el nombre que el neurólogo Oliver Sacks otorgó a este caso clínico. Natasha, en su vejez, experimentó un cambio drástico, a lo mejor una enfermedad. Ella lo definía como algo maravilloso. Había sido una mujer de vida alegre en su juventud, cuando trabajó en un burdel y contrajo la sífilis. El nombre de la enfermedad de Cupido era una especie de eufemismo usado por las chicas del burdel para calificar a la sífilis. Los tratamientos de la enfermedad eran por entonces muy burdos, pero Natasha tuvo la suerte de casarse con un hombre que la ayudó a combatir ese mal. Sin embargo, la sífilis no había desaparecido del todo, pudo reaparecer en Natasha a los 88 años y hacerla sentir como una jovencita enrollada. Natasha sospechó que su conducta era una manifestación tardía de la neurosífilis, una complicación de la sífilis que afecta al cerebro. Entonces, el neurólogo Sacks se enfrentó al problema de si podía considerarse enferma una mujer que se sentía joven. Hoy, en una sociedad obsesionada con la juventud, la experiencia y la sabiduría de los años no deberían ser menospreciados en nuestro afán por parecer jóvenes, vestir como ellos y hasta hablar como ellos.