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Hace unos días que se han cumplido seis meses desde que el Govern de les Illes Balears cumplió con uno de sus principales compromisos: la eliminación del Impuesto de Sucesiones entre padres e hijos, abuelos y nietos y entre cónyuges. Una medida con la que nos habíamos comprometido durante la campaña electoral y que había dado mi palabra que, si gobernaba, sería una realidad antes de tres meses. Una medida con la que me comprometí, en mi debate de investidura, a aprobar en el primer mes y que finalmente en solo diez días fue una realidad, cumpliendo nuestra palabra con los ciudadanos de nuestras islas.

Porque para nosotros era una prioridad. Porque dentro de nuestra propuesta de rebaja de impuestos este era el que supone revertir la mayor injusticia. Nada más injusto que pagar por toda una vida de esfuerzo, de sacrificio y de trabajo de nuestros padres o abuelos. Porque la herencia es una institución arraigada como pocas en nuestra sociedad, porque forma parte de la idiosincrasia de estas islas, de familias que piensan en el mañana, en el día que dejarán a su hijo aquella caseta, aquel trozo de tierra, aquel negocio, aquel cajoncito de ahorros de toda una vida. Precisamente, eliminar este impuesto era una deuda con esta generación, una manera de darles las gracias por todo lo que han hecho por nosotros. Porque nunca más ninguna familia, en el difícil momento de perder un ser querido, tenga que pensar de dónde saca el dinero para recibir aquello que es suyo, aquello que le corresponde, aquello que le ha dejado un ser querido como una de sus últimas voluntades. Por eso eliminamos este Impuesto.

Y hoy, seis meses después, es una satisfacción saber que en estos meses 2.154 familias se han ahorrado el Impuesto de Sucesiones, 2.154 hijos, nietos o cónyuges que ya no han tenido que pagar por los bienes de la familia, con un ahorro medio de 16.613 euros, hasta 36 millones. Datos que demuestran que, sin duda, todo ha merecido la pena.

Además, con aquel mismo decreto también eliminamos el impuesto a la compra de primera vivienda por los menores de 30 años y lo redujimos para los menores de 35 años. En seis meses, 200 jóvenes menores de 30 años ya han podido comprar su primera vivienda, ahorrándose de media 20.000 euros. Así se abarata el precio de la vivienda.

Por eso, después de haber cumplido nuestra palabra y ver como se han beneficiado tantas familias, no aceptaremos que el Gobierno de Sánchez desde un centralismo jacobino pretenda recuperar este impuesto para gravar las herencias en nuestras islas. Porque no solo sería un ataque a la voluntad de los ciudadanos expresada a las urnas el pasado 28 de mayo, sino que sería un ataque a las familias, a las rentas medias, un ataque a nuestro carácter y a nuestra idiosincrasia, y sobre todo un ataque sin precedentes a nuestra autonomía fiscal, y por extensión, a la autonomía de las Illes Balears.

Cumplimos nuestra palabra de eliminar el Impuesto de Sucesiones entre familiares directos. Ahora me comprometo a defender con todos los medios al alcance de mi Govern para que así siga siendo y que nadie se interponga en la voluntad de los ciudadanos de las Illes Balears.

* Marga Prohens. Presidenta del Govern de les Illes Balears