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Ha sido comenzar el año, y nada más verme la cara en el espejo del baño, además de mucho más viejo y desmejorado (unos diez años más viejo), ya empecé a notarme algo polarizado. El entrecejo fruncido, cierta fijeza en la mirada y un rictus crispado en las comisuras de la boca me delataron. No me preocupó mucho porque a todo el mundo la pasa igual y no iba a ser yo la excepción. Lo atribuí al exceso de noticias, comentarios y predicciones sobre la polarización con las que se nos atiborra a diario, como si no hubiera otro tema ni otra palabra de moda, polarización, polarización por aquí y por allá, hoy estamos más polarizados de ayer pero menos que mañana, quien bien te quiera te hará polarizar, el polarizador que lo polarice buen polarizador será, polarícese usted mismo, etc. Hasta el vocabulario se polariza y se reduce, se concentra, disponemos de súbito de todo un refranero acerca de la polarización. Polarizados del mundos uníos, unidad de polarización en lo universal, polarícese quien pueda, polarízame despacio que tengo prisa. Estupefacción ante la polarización, matizan los entendidos, quizá todavía insuficientemente polarizados. Hace poco ni sabíamos el significado de polarizar y ahora que sabemos que se trata de un nuevo eufemismo del poder de la ultraderecha y los nacionalismos, hasta las ratas están polarizadas. Y las democracias en peligro. No sólo es la palabra oficial del año pasado, sino que este año nuevo trae una nueva avalancha de polarizaciones. Polarizaos los unos a los otros, he aquí el mandato. Cambiamos de calendario para que no cambie la polarización. Y eso que la izquierda no se polariza, se embarrulla. No me extrañó verme la frente marchita, polarizada y las mejillas hundidas por efecto de la polarización. Me empiezo a notar polarizado, pero mal polarizado, a brochazos, sin tino ni convicción, digamos una polarización sobrevenida. Una chapuza. Un quiero y no puedo porque nunca me he creído los eufemismos. Ni siquiera cuando se vuelven globales y nos los repiten en los informativos. La polarización de Gaza, la de Ucrania. La española, naturalmente. Yo mismo debo estar ya polarizado. Pero mal y a desgana.