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La captación por parte del presidente del Gobierno de siete votos que le han permitido su renovación en La Moncloa ha producido general consternación, estupor y pesadumbre en gran parte de la opinión pública pero, en realidad, no es ninguna novedad. La decadencia y la cuesta abajo empezaron hace tiempo. 100.000 abortos al año en España dan fe de la desmoralización de una sociedad incapaz de enseñar continencia a sus hijos. La palabra continencia no se puede usar, produce general rechazo hacia quien se atreve a pronunciarla porque la gente no quiere tener límites y no se da cuenta de que los límites están ahí de todas maneras y se hacen presentes allí donde el ser humano se ve confrontado con lo más bajo de su naturaleza: su rechazo del sacrificio cuando lo que más valora, precisamente, es aquello que más le cuesta obtener. 100.000 abortos al año en España son 100.000 asesinatos al año; son 100.000 mujeres que el resto de sus vidas sentirán el horror de haber dado muerte a la semilla de vida que llevaban dentro y que ya no va a volver por más que los padres se repitan más adelante será más fácil. No, más adelante no será más fácil, más adelante será imposible resucitar aquello que anduvo en las entrañas sembrando amores. «Quien anda en amores, ni cansa ni se cansa», escribe San Juan de la Cruz, el gran creador de vida que en su conocimiento de la noche oscura empuja, precisamente, para huir de la oscuridad al encuentro con la luz. No es un fenómeno español; es mundial este dar vueltas centrípetas como una lavadora enloquecida incapaz de sosiego. La UE no quiere dejar entrar inmigrantes pero los inmigrantes siguen presionando las fronteras con víctimas en Francia estos días causadas por inmigrantes que no quieren ser franceses pero quieren estar en Francia. En Estados Unidos, las madres están desarrollando un eficaz sistema de homeschooling, es decir de enseñanza en casa porque los niños son objeto de abusos en las escuelas. A pesar de todo, «la verdad os hará libres»; el reino de Dios está dentro de vosotros, la solución está escrita en la conciencia. Y hay que seguir adelante.