La feria de los libros

Los libros en catalán se venden más en el segundo semestre del año y uno de los motivos hay que atribuirlo a la Setmana del Llibre en Català, que este año conoció la vigésimo primera edición. Uno de cada tres libros vendidos en Catalunya es en catalán. La ‘setmana’ se ubicó en el Moll de la Fusta y contó con 69 casetas y 227 expositores. Se produjo la oferta más grande de libros en catalán de la historia. Hubo charlas, conferencias, conciertos, recitales, presentaciones de libros, firmas, actividades infantiles, itinerarios literarios por la ciudad, etc. Uno de los grupos editoriales que en este momento apuesta más fuerte por el catalán es Penguin Random House, que cuenta con tres editoriales catalanas, Rosa dels Vents, La Campana y La Magrana. El 14 de setiembre ofreció un coctel en el Museu Marítim, durante el cual Nuria Cabutí, directora de Penguin en España, reiteró el compromiso del grupo con Catalunya. Recorrí la feria con Rosa, mi mujer. Vi el estand de Pau Vadell, con sus libros de AdiA Edicions y su alegría innata, con lo que me situé entre mallorquines. Luego vi pasar a Eduard Riudavets y ya estaba entre menorquines. En la fiesta del Museu, Miquel Riera, escritor y periodista, me presentó a Nuria Cabutí, que aquella mañana había puesto la primera piedra de un gigantesco complejo para almacenar libros de su grupo. De Barcelona parten todos los libros que se distribuyen por Sudamérica. Estuve acompañado por la editora Mireia Lite y su equipo de colaboradores y tuve la sorpresa de reencontrarme con Carles Jordi Guardiola, antiguo editor de La Magrana. Un gran tipo. El cóctel fue magnífico. No hace falta decir que rompí mi costumbre de hacer ayuno intermitente y que lamenté tener que marcharme antes de los postres porque nuestro hijo nos esperaba fuera en el coche. Pero lo que más me emocionó fue la galera. Me refiero a la embarcación gigantesca que se puede contemplar en el edificio de las Drassanes. He escrito algunas novelas con galeras, pero esta me impresionó por su tamaño y comprendí que pudiera llegar a albergar 400 hombres.