La diferencia entre un joven ánglosajón y otro español es que aquél encuentra enseguida un trabajo, se independiza de sus padres antes, y, cuando lo despiden, no siente angustia, porque pronto encontrará otra empresa. El pavoroso problema de la juventud española es que tiene que permanecer en casa de sus padres por falta de recursos propios, y eso no se arregla con limosnas para que puedan pagar un alquiler. Primero, porque Pedro I, El Mentiroso, está preparando una ley de vivienda, que parece redactada por un okupa experimentado, y que, si se aprueba, al español propietario de un piso que lo ponga en alquiler, es probable que los familiares le invitan a que se haga un estudio psiquiátrico, porque habrá que tener la mente funcionando como la de un loco para exponerse a perder un bien que sólo generará gastos y abogados.
Derechos, no limosnas
Palma26/04/23 0:29
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2 comentarios
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AngelcaídoVenezuuuuueeeeelaaaaaa.... Uuuuhhhhh... Venezuuuueeeelaaa... Siga intentando meter miedo como siempre hace la derecha... Ya le tenemos caldo.
Se esta siguiendo el MANUAL DEL BUEN DICTADOR BOLIVARIANO... Dales lo justo para que seas IMPRESCINDIBLE para ellos...