TW
2

Incierto 2023Las previsiones del Banco de España para 2023 estiman un crecimiento de la economía española del 1,3 %, un 2,7 % en 2024 y un 2,1 % en 2025. Difícil rubricar augurios a tan largo plazo, cuando la incertidumbre, presidida por los efectos de la guerra, los problemas económicos de China y posibles repuntes víricos, a parte de otros factores desconocidos, constituyen los ejes en los que se mueve la economía. Las otras derivadas macroeconómicas son ilustrativas: IPC del 4,9 % en 2023, 3,6 % en 2024 y 1,8 % en 2025; y una tasa de paro que no superaría el 12 %.

Estos indicadores de futuro, que deben tomarse con suma cautela, toda vez que estarán sujetos a modificaciones obvias, marcan, sin embargo, una tendencia –siempre, insistimos, que otros cisnes negros no aparezcan–: la economía española manifiesta una capacidad de resistencia, de robustez, que ha sorprendido a buena parte de los analistas serios. Dejamos en la cuneta a los agoreros ideologizados y a los charlatanes tertulianos, que desean fervientemente que las cosas vayan a mal para erigirse, entonces, en pretendidos salvadores económicos. Esa senda resiliente se confirma con las previsiones apuntadas que, además, se nutren de otros análisis. The Economist, oráculo del liberalismo económico, indica que la evolución económica de España es la cuarta mejor de los países de la OCDE; mientras instituciones como el FMI, Banco Mundial, Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea avalan esa tesis.

Dos aspectos relevantes aparecen en el horizonte, como signos que alimentan la incertidumbre, a parte de los impactos específicos de la guerra: por un lado, la evolución de los tipos de interés, determinada por el BCE; por otro, el comportamiento del sector exterior de la economía.
En el primer caso, son previsibles nuevas subidas de tipos por parte del regulador bancario, orientado a «anclar» las perspectivas inflacionarias. Estas posibles subidas pueden ser más prudentes, a tenor de la evolución de los precios que, al parecer, han tocado ya techo. Aquí la pugna entre «halcones» y «palomas» en la institución constituye el debate central en política monetaria: cuánto, cuándo y cómo tocar los tipos de interés. Un trípode complicado, habida cuenta los diferenciales de inflación entre los países del norte y los del sur de la Eurozona.

En cuanto al segundo aspecto, las exportaciones siguen con un ritmo importante de crecimiento, aunque con desaceleración según los últimos datos disponibles. Pero un gran motor va a seguir siendo el turismo: las perspectivas son, en tal sentido, positivas, a pesar de la caída previsible en recesión en Alemania y los problemas de la economía del Reino Unido, los primordiales clientes turísticos. Avances de reservas, slots aeroportuarios y encuestas a gestores turísticos, coinciden en una estabilidad del turismo en 2023, de forma que, junto a las exportaciones de bienes físicos, se traducirá de nuevo en un tractor de la economía.

Recuerden lo dicho al principio, y el título de este artículo: incertidumbre, es la calificación. Los condicionantes se centran en evoluciones esperadas, pero sometidas al azar en un contexto tan problemático como el actual.