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No tires piedras al vecino si tu techo es de cristal» es una frase que siempre me ha gustado. Muchas veces busqué para utilizarla en alguna de mis columnas, pero no ha tenido cabida o sentido. Para la columna de hoy, creo que puede venir muy bien al hilo del debate alrededor del neologismo de ‘cataresía’.
Mucho se comentó sobre el gesto ‘tapabocas’ de la selección alemana en protesta por la celebración del mundial en una tierra que no respeta los derechos humanos. Comentarios de apoyo favorable por parte de todo occidente, comentarios en contra desde oriente por considerarlo inadecuado en una competición deportiva. Pero todo quedó en mera anécdota y se convirtió en broma para los memes después de la eliminación temprana de la selección alemana.
El ‘tapabocas’ de la selección alemana, es perfecto para explicar el término ‘cataresía’. Mientras los jugadores se tapaban la boca en el campo internacional Khalifa, en los despachos de Qatar Energy se firmaba el acuerdo más importante de importación de gas para un país europeo. El acuerdo aseguraba para Alemania dos millones de gas licuado durante 15 años, desde Ras Laffan hacia Brunsbuettel. El gas empezaría a llegar al país germano a partir del 2026 y con ello se pretende acabar con la dependencia rusa.
Alemania, no es el único país que se está moviendo en ese sentido para acabar con la hegemonía rusa. China, está convirtiendo oriente medio en su centro de geoestrategia global. De la mano de Sinopec, se ha firmado un acuerdo para importar cuatro millones de gas licuado para un periodo de 27 años, el doble de lo que se firmó con Alemania. La selección de fútbol china no se tapa la boca antes de los partidos, porque su país aplica el término ‘realpolitik’: el interés político del país prima sobre el resto. Aunque en términos de derechos humanos, tengan mucho que tapar.

La huella china, se ha vuelto más visible en oriente medio. Desde la cooperación energética hasta la nueva ruta de seda, la llamada ‘ruta de seda sanitaria’. China está desplazando a Estados Unidos entrando de lleno en un espacio que hasta hace poco era pleno dominio americano. Biden que primero renegó de Arabia Saudí y acusó a su príncipe de «asesino», le acabó concediendo hace pocos días la inmunidad por el ‘caso Khashoggi’. En la misma línea, no dudó Estados Unidos en apoyarse en Qatar para ayudarle con su salida vergonzosa de Afganistán, sin muchas explicaciones de la negociación que hubo con los talibanes y su posterior retirada.

Desde Alemania a Estados Unidos, por medio encontramos a China que conecta con Arabia Saudí y Qatar en este artículo. El debate es ¿el pragmatismo o la hipocresía política? ¿El ‘realpolitik’ o la ‘cataresía’? Será difícil que se responda; pero mientras tanto, mejor no tirar piedras a la casa del vecino.