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Pues yo no veo nada raro en que dos humoristas rusos le tomen el pelo al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Los políticos están para eso y, además, su cargo les faculta para dar la razón a las más inverosímiles y absurdas ocurrencias. Si me vienen a mí haciéndose pasar por el alcalde de Kiev, el laureado boxeador Vitali Klichkó, con la grotesca petición de deportar ucranianos para combatir contra Rusia pico el anzuelo y, además, juro que dentro de unas horas tienen una legión de patriotas atados con cadenas para ir al frente alimentados a pan y agua. No sea que al exboxeador de los pesos pesados le dé por repartir unas cuantas hostias en toda mi jeta.

Pero vayamos por partes: resulta divertido que al alcalde de Madrid no le resulte sospechoso que le soliciten repatriar hombres que han huido de la guerra en los últimos seis meses. «Os habéis escapado, malditos malhechores. A ver, agentes de la autoridad, echadles un lazo, metedlos en un avión y llevad de vuelta al dulce hogar a toda esa tropa de ingratos cobardes». Almeida, lindando el peloteo mantecoso, le hace saber al boxeador que «se necesitan más soldados para luchar contra Rusia». Por supuesto, Almeida no se presenta voluntario por si las moscas, tal vez también tema los puñetazos de Klichkó. Y no se contenta con eso sino que, con un alarde de ejemplaridad, Almeida saca pecho y afirma: «Madrid tiene actualmente la capacidad de transporte, si surge la necesidad, para deportar personas a Ucrania».

Ole tus huevos, alcalde de la capital de España, resaltando los valores patrios como debe ser. La mención de su grosero y popular mote hizo descubrir el engaño a Almeida, lo que le convierte en objetivo de los humoristas más cabrones.