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Mallorca se encuentra en estado de emergencia, y eso que acabamos de empezar este mes de junio. El verano va resultar caótico en todos los sentidos, pues ya se están produciendo atascos kilométricos en las autopistas. Basta que se estropee un coche para parar la circulación, y no digamos si ha habido un accidente entre uno o varios automóviles. Toda la carretera queda bloqueada debido al choque, y a los primeros en atender son los que quedaron atrapados dentro de los coches a la espera de las ambulancias y policía. Se necesita mucho tiempo en sacar a los accidentados y recoger los trozos del coche dispersados por la carretera. Todo ello puede llevar más de una hora para sacar a los heridos e intentar recuperarlos.

¿Cómo es posible que haya tantos accidentes en carretera? Será porque nadie cumple con la velocidad permitida, lanzándose a correr en las rectas y también en las curvas. Sea como sea, los vehículos que circulan correctamente se ven interrumpidos, sin poder zafarse del inaudito atasco, que por lo menos cubre cinco quilómetros. Y no se trata de algo que suceda cada par de meses, sino que ocurre a diario. La razón de tanto ajetreo se debe al bloqueo organizado por cientos de coches en dirección Andratx. No hay espacio para los miles de coches, autocares, camiones y motos.

Tres cuartos de lo mismo sucede en la autovía de Manacor y en tramos de enlace con diferentes carreteras. Lo dicho, no hay sitio para tantísimos vehículos, propios y de alquiler que se topan con señales viarias que no se alcanzan a leer o no da tiempo a maniobrar. Como sigan llegando automóviles a tutiplén se habrán de construir garajes en altura en los pueblos y en el mar, algo parecido a un terremoto. Lo mejor sería que la movilidad futura prohíba rodar en pueblos y ciudades, pudiendo vender los coches a peninsulares, y convertir las carreteras en vías de tren, e instalar teleféricos en todas partes. Parece una idea descabellada, pero más descabellados están todos.
El planeta está muriendo en sí mismo al igual que todo cuando vive en superficie. Los baleáricos serán los primeros en estrenar trajes de aeronautas cuando aquellas maravillosas Illes que teníamos se hundieron hasta lo más hondo del mar, donde sobrevivirán enormes animales prehistóricos que habían desaparecido por el trajín de la humanidad, que, despiadada, destruyó el paraíso llegado del cielo. Ahora los hombres rugen y mueren.