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Ahora que se está tramitando la derogación de la ‘ley Mordaza’ y muchos esperábamos recuperar todos los derechos democráticos perdidos durante el Gobierno de Mariano Rajoy, resulta que han irrumpido con fuerza los partidos ‘mordaza’, que han denunciado que algunos periodistas hacen preguntas incómodas a dirigentes de formaciones políticas que gobiernan y, sin ánimo de ofender, son los que deben dar cuenta de su gestión.

Ante algunos compañeros (pocos) indignados con el comunicado conjunto del PSOE, Podemos, Bilbu, ERC y PNV, entre otros, que se rebelan ante el hecho de que algunos periodistas acreditados se les intente silenciar en el Congreso de los Diputados por «romper el clima de convivencia» con sus preguntas les voy a decir que no me extraña lo más mínimo. Hace tiempo que se aplica la autocensura o, por el contrario, los pocos que denuncian determinadas actitudes políticas o bien se les intenta aislar o se les llama fascistas.

Parece que es de fascistas preguntarle a Echenique si dimitirá por tener un asistente cobrando en dinero negro o por su última condena tras acusar falsamente a un ciudadano por un delito que no cometió. También es de fascistas preguntarle a la ministra Irene Montero qué piensa sobre el caso de las niñas prostituidas en Mallorca y realmente hay que ser un auténtico facha que Mónica Oltra explique si eliminó pruebas contra su exmarido acusado de abuso de menores. El listado de temas relacionados con los partidos que ahora gobiernan que apenas generan debate porque prácticamente se silencian es tan amplio que harían falta veinte artículos como este para contarlos.

Ya les digo que no me extraña esta actitud de los nuevos partidos ‘mordaza’ porque aquí también estamos viendo determinados tics muy preocupantes. Tenemos el ejemplo del conseller de Turismo, Iago Negueruela, que ante la presentación de alegaciones de los hoteleros a la ecotasa contestó que habían sido «poco prudentes». Recordó también que habían llegado a Baleares 855 millones de euros en ayudas por la COVID-19 a las empresas, un dinero que debería servir, piensa Negueruela, para que los empresarios callen y no vuelvan a abrir la boca lo que resta de legislatura, aunque es un buen momento para recordar que una parte de estas ayudas volverán a la Administración cuando se liquiden los impuestos el año que viene, algo que tampoco se dice.

A pesar de todo, hay que reconocer que el conseller de Turismo consiguió su objetivo al recomendar prudencia porque la patronal hotelera no ha vuelto a decir nada sobre la ecotasa. Cómo se les ocurre a los hoteleros pedir que no se anule un impuesto que ellos recaudan y que sirve para financiar conciertos de emisoras privadas. Hasta ahí podíamos llegar.

Otro ejemplo de los nuevos partidos ‘mordaza’. Hace apenas unos días, el director general de Movilidad, Jaume Mateu, pidió a los trabajadores de SFM que dejasen de molestar con sus reivindicaciones. Parece que al Govern balear no le gustó que los empleados se manifestasen ante el Parlament para reclamar mejoras económicas. O sea, a reivindicar mejores sueldos se le llama ahora molestar. Tampoco he visto ninguna reacción demasiada contundente de los grandes sindicatos españoles por esta actitud de los partidos ‘mordaza’, capaces de contratar más de 5.000 funcionarios en seis años, pero ineficaces a la hora de mejorar las condiciones laborales.

Lo que desconocen estos partidos ‘mordaza’ es que este tipo de actuaciones tan antidemocráticas no les garantizará seguir en el poder. El tiempo corre en su contra, pero ellos creen que nada cambiará.