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Hasta el sábado habían fallecido tres personas en las carreteras de Mallorca en solo unos días. Se trata de una cifra dramática porque, además, no estamos todavía en temporada alta, que es cuando más accidentes se registran en la Isla. En uno de los casos, el conductor dio positivo en alcohol y drogas y fue detenido por la Guardia Civil. En los otros dos, los agentes continúan investigando las circunstancias para aclarar qué pasó. Esta alta siniestralidad va directamente relacionada al hecho, constatado en pleno mes de mayo, de que las infraestructuras viarias están saturadas. La vía de cintura de Palma, prácticamente a cualquier hora de la mañana o de la tarde, registra un tráfico muy denso o retenciones, aunque no se hayan producido siniestros. Y en las autopistas de Inca, Andratx y Llucmajor ocurre exactamente lo mismo. Los investigadores han constatado que muchos conductores pierden los nervios desesperados por estos atascos eternos y, en ocasiones, aceleran más de la cuenta tratando de salir de aquellas ratoneras.

Concienciación.

A pesar de las campañas continuas de concienciación de la Dirección General de Tráfico (DGT), lo cierto es que un elevado número de conductores sigue poniéndose al volante bajo los efectos de sustancias estupefacientes o del alcohol, lo que dispara las posibilidades de protagonizar un accidente, tal y como ha ocurrido estos días en Can Picafort.

Sentencias más duras.

También es una realidad que, en muchas ocasiones, estos conductores drogados o bebidos que causan un accidente mortal o muy grave no reciben condenas modélicas, lo cual puede lanzar un mensaje equivocado. Sería muy conveniente, pues, que los jueces hicieran caer todo el peso de la ley sobre estos delincuentes del volante, que destrozan a familias y cuyo comportamiento no puede quedar impune.