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El PNV seguirá gobernando en coalición con el PSE en el País Vasco tras las elecciones autonómicas celebradas este pasado domingo. Los nacionalistas de Andoni Ortuzar han recibido un serio aviso de su electorado, pero resisten. Pese a empatar con Bildu y perder cuatro escaños, logran aventajarles en 29.000 votos. Con los doce diputados socialistas podrá articular una sólida mayoría parlamentaria y repetir, por tanto, la actual coalición de gobierno. El líder Orduzar lo subraya al afirmar que «lo importante es fundir los dos programas electorales del PNV y el PSE en un programa de gobierno, y después ya vendrá el reparto de puestos». No habrá cambios sustanciales en la política vasca, a pesar del gran avance protagonizado por EH Bildu, que no ha conseguido el sorpaso. El PNV vuelve a decantarse por su socio natural, el Partido Socialista de Euskadi, y no esperan grandes cambios.

El parlamento vasco más nacionalista

Y aún cuando los 54 escaños que suman PNV y Bildu –sobre los 75 que integran el Parlamento vasco– configuran la cámara más nacionalista de la historia política de la democracia, no se había previsto ni habrá un acuerdo para que las dos formaciones formen gobierno. Entre las cuestiones por afrontar destaca la actualización del Estatuto de Autonomía, aprobado en 1979, que permitirá ampliar el autogobierno, objetivo incluido en el pacto que PNV y PSE firmaron para la investidura de Pedro Sánchez.

Escaso impacto en la política española

La continuidad del gobierno formado por nacionalistas y socialistas supone que estas elecciones tendrán escaso impacto en la política española. Pedro Sánchez contará con los dos socios vascos –PNV y EH Bildu–, en los que se apoyó para su investidura y para gestionar una legislatura marcada por los equilibrios inestables. El PP queda sin margen de maniobra en el País Vasco y Yolanda Díaz se apunta a la soledad de un único diputado, al igual que Vox.