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Viejos conocidos de la policía, los miembros de la peligrosa banda ‘Angeles del Infierno’ han regresado a la Platja de Palma, de donde fueron desterrados hace más de diez años en una espectacular operación de la Guardia Civil. En las nuevas imágenes y vídeos se apreciaba, con cruda realidad, cómo extorsionaban a un empresario de un restaurante, que sufrió lesiones de gravedad al ser golpeado en el rostro. El objetivo, según la policía, era extorsionarlo para que pagara 10.000 euros a la banda de moteros, a fin de financiar sus actividades ilícitas. Quizás hay más casos que no han visto la luz pero, en cualquier caso, se trata de un asunto gravísimo. La reacción policial no se ha hecho esperar y los agentes de la Jefatura de policía han detenido al presunto líder y a su lugarteniente, pero han quedado en libertad tras declarar ante el juez. Las diligencias de la Policía Nacional continúan porque las ramificaciones de esta organización son profundas y es necesario atajarlas antes de que se extiendan de nuevo.

Drogas y prostitución.

En la anterior operación de la Guardia Civil, de hace más de diez años, se señaló que había policías locales de Palma implicados y que los ‘Ángeles del Infierno’ nutrían sus negocios de drogas y prostitución con una amplia red de extorsiones a empresarios. La mayoría de ellos pagaba el impuesto exigido por miedo a represalias violentas contra ellos o sus negocios.

Optimizar investigaciones.

Sin embargo, en aquella ocasión la banda de violentos moteros se pudo librar de las condenas judiciales que planeaban sobre ellos porque las pruebas no fueron suficientes. Se deberían extraer conclusiones de aquel fracaso para que no se repitan errores del pasado. La Platja de Palma ya tiene suficientes problemas para que ahora un grupo de moteros con antecedentes policiales intente imponer de nuevo su Ley. Por las bravas.