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El 12 de mayo se celebrarán unas elecciones autonómicas anticipadas en Catalunya, convocadas por el presidente Pere Aragonès al ver frustrada la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para este año que ERC había pactado con el PSC. «Siempre he dicho que mi objetivo era agotar la legislatura, pero los vetos hacen imposible tener las condiciones para hacerlo», declaró Aragonés, cuyas cuentas fueron rechazadas por Comuns, Junts y la CUP. Sorteando el impacto del ‘caso Koldo’ y la ley de amnistía, las encuestas coinciden en dar ganador al líder del PSC, Salvador Illa, que en los anteriores comicios fue el más votado, pero no obtuvo los apoyos parlamentarios para formar gobierno. Pero Illa, al quedar lejos de los 68 escaños que marcan la mayoría absoluta, tendrá que pactar para relevar a Aragonés en la presidencia de la Generalitat. Con distintas opciones, los partidos independentistas tienen ahora la clave de la futura gobernabilidad de Catalunya.

El envite de Carles Puigdemont

El líder de Junts, Carles Puigdemont ya ha anunciado su candidatura en la ciudad francesa de Elna. El expresidente de la Generalitat, pendiente de ser juzgado tras huir a Bélgica en 2017, afirma que su retorno como presidente en el exilio no puede ser «fruto de una rendición o de una chaladura personal, tampoco un acto de servicio a un partido» y que solo regresará a Catalunya «si hay una mayoría parlamentaria» que le proponga como candidato a la presidencia.

Un escenario lleno de incógnitas

El resultado final de estas elecciones anticipadas, tan innecesarias como inciertas, constituye una gran incógnita. Los Comuns tendrán que explicar por qué han impedido aprobar los presupuestos de la Generalitat y los del Ayuntamiento de Barcelona; Junts con Puigdemont reabre el Procés, y ERC ha cogido a contrapié a sus contrincantes e impide a Pedro Sánchez aprobar los presupuestos del Estado para 2024.