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Las elecciones gallegas han acabado con la victoria del PP, que encadena su quinta mayoría absoluta en esta comunidad; el ascenso del BNG, que se convierte en segunda formación política y asume el liderazgo de la oposición frente al presidente Alfonso Rueda. Al mismo tiempo se ha registrado la derrota del PSOE, que pierde cinco diputados y obtiene el peor resultado de su historia electoral en Galicia; y el fracaso de los dos partidos situados a su izquierda –Sumar y Podemos–, que no han obtenido representación en el nuevo parlamento regional, víctimas de su cainismo. Estos resultados evidencian también el error en los pronósticos difundidos desde el CIS por José Félix Tezanos, que habrá sido el único sorprendido. Cabe destacar también que Vox sigue sin obtener representación en Galicia y que el Partido Popular se confirma como la formación de referencia y confianza para una mayoría de gallegos. El BNG cataliza el descontento de las zonas urbanas y absorbe gran parte del voto que pierde el PSOE, pero las izquierdas no suman frente a un PP mayoritario.

Autocrítica en PSOE y Sumar

El empeño puesto, desde la dirección del Partido Socialista, para que estas elecciones se interpretasen en clave de política nacional se ha vuelto en contra de Pedro Sánchez al consolidar el poder autonómico del Partido Popular y reforzar a Alberto Núñez Feijóo. Sigue como jefe de la oposición, pero obliga a Sánchez y Yolanda Díaz a realizar una profunda autocrítica.

Tres convocatorias electorales

PSOE y Sumar han de detectar los motivos de esta derrota en Galicia y advertir si se ha iniciado un cambio de ciclo ante el inminente horizonte marcado por tres convocatorias electorales: vascas, europeas y catalanas. Mientras, un Feijoo que ve su liderazgo robustecido seguirá ignorando a Vox y mantendrá su estrategia contra la amnistía a los encausados por el Procés catalán, que está desangrando al PSOE.