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Luis Enrique ha dejado de ser el seleccionador español de fútbol. La dolorosa eliminación en los octavos de final del Mundial de Qatar ha precipitado los acontecimientos y su relevo por Luis de la Fuente. Aunque no está del todo claro cómo se ha gestado esa decisión durante las últimas horas, la Federación quería un cambio y el preparador asturiano era consciente que su ciclo se había agotado. En esta tesitura, el divorcio entre la RFEF y el técnico ha sido relativamente sencillo.

Un torneo para olvidar.

El papel de España en Qatar 2022 ha sido más que discreto. Un holgado triunfo sobre Costa Rica (7-0) disparó todas las expectativas, aunque también fue el principio del fin. La Roja se estrelló posteriormente ante Alemania y Japón, aunque el gran naufragio se fechó con Marruecos y en la primera eliminatoria del torneo. Ante un adversario inferior, el combinado español firmó un partido desastroso y acabó muriendo en una tanda de penaltis que fue un despropósito. El encuentro ante la selección norteafricana dejó marcado a Luis Enrique, incapaz de encontrar soluciones para alterar la deriva de su equipo.

El liderazgo y la transición.

El bagaje de España en sus tres últimas citas mundialistas (Brasil 2014 Rusia 2018 y Qatar 2022) es desolador. Solo ha sido capaz de ganar tres de los once partidos que ha disputado, una circunstancia que reabre un debate que trasciende del propio Luis Enrique. Desde que tocó el cielo en Sudáfrica 2010, España ha sido incapaz de completar su transición y reunir a una generación de futbolistas con capacidad para competir en un Mundial. Durante esta larga travesía, el liderazgo de Luis Enrique ha sido incuestionable. Siempre se ha puesto en primera fila hasta el punto de eclipsar a los propios jugadores, una circunstancia que ha alimentado las críticas, al igual que su discurso, en muchas ocasiones, irreverente. No obstante, en el fútbol de alta competición, nadie es inmune a los resultados. Tampoco Luis Enrique.