TW
1

El alza de los precios en las materias básicas del sector de la construcción –cemento, madera, acero, material eléctrico...– tendrá un impacto en el precio final de las viviendas. Será un incremento que la patronal del sector calcula en un 30 por ciento. El anuncio es grave y de manera muy especial para Balears, donde el mercado inmobiliario parece no alcanzar techo. El acceso a la vivienda se aleja todavía más de las clases trabajadora, en especial de los más jóvenes. La repercusión social de esta espiral es conocida, aunque con la dinámica actual el problema se agrava todavía más.

Previsiones incumplidas.

El encarecimiento de los productos básicos se ha producido de una manera sobrevenida, con un arranque de la actividad económica tras la pandemia que ha superado las previsiones más optimistas. Además, la reactivación se ha producido en todos los mercados, nacionales e internacionales, de modo que la escasez está teniendo un efecto casi global. En este contexto, las consecuencias inflacionarias ya se están dejando sentir en una cascada que siempre acaba castigando a los consumidores. Lo que en un primer momento se saludó como un despertar de la economía se está convirtiendo en una auténtica pesadilla. Ello se traduce en subidas generalizadas de precios y problemas serios de abastecimiento. En esta coyuntura adversa, el sector inmobiliario balear también acusa este proceso.

Evitar la crisis.

La gran duda es el límite que no se debe rebasar para que este escenario desemboque en una crisis, que es cuando se paraliza la demanda. Por el momento, los expertos plantean un panorama temporal atribuido, en buena medida, a la escasez de combustibles. Habrá que estar atento a estos pronósticos, imprescindibles en la planificación de las empresas del sector de la construcción, aunque en estos momentos la incertidumbre se impone.