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La detención de Aitor Elizaran Aguilar, el 'número uno' de la dirección política de la organización terrorista ETA, es un nuevo éxito de la colaboración entre España y Francia en materia antiterrorista. Junto con su compañera Oihane Sanvicente Sáez de Zaraín, la captura de Elizaran confirma la extrema debilidad de las estructuras de ETA, la cual está sufriendo un auténtico acoso policial en los últimos meses que se traduce en un constante goteo de detenciones de dirigentes etarras o integrantes de comandos. A pesar de ello es inevitable referirse al hecho de que, por desgracia, no todo han sido éxitos y Mallorca "con el asesinato de dos guardias civiles en Palmanova" ha sido un dramático escenario de ello.

La multitudinaria manifestación del pasado fin de semana en apoyo al dirigente abertzale Arnaldo Otegi pone de manifiesto que ETA continúa teniendo apoyo popular entre una parte, minoritaria, de los vascos. Este es el constante dilema que, de manera obstinada, el mundo de ETA no quiere asumir: el camino de la violencia sólo conduce a la cárcel. Por fortuna ha sido posible recuperar el consenso necesario entre las grandes fuerzas políticas, una actitud que, sin duda, refuerza la actitud del Gobierno contra el terrorismo a pesar de las dificultades.

ETA está quedándose sin aliento, sus dirigentes tienen que ser reemplazados "Elizaran asumió su nueva responsabilidad en verano" a una velocidad paralela a la cadena de detenciones que están protagonizando de manera continuada, sus comandos "cada vez más inexpertos" son desarticulados incluso antes de que comiencen a actuar, los 'zulos' son detectados con sus arsenales intactos. Ya sólo queda que ETA se decida.