El Sombrero Seleccionador asignó una casa de Hogwarts a cada asistente.

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En 1997, la escritora británica J. K. Rowling publicó Harry Potter y la Piedra Filosofal, su debut literario; en 2001, la novela saltó a la gran pantalla, con el jovencísimo Daniel Radcliffe como protagonista. El resto es historia. Este sábado ha quedado demostrado que el mago más famoso del mundo sigue causando furor y admiración. Alrededor de dos mil personas se acercaron al Centre Cultural de La Misericòrdia para disfrutar de un encuentro mágico, en el que dejaron volar su imaginación o retornaron a la infancia. La Asociación de Amigos de la Ciencia Ficción, una organización sin ánimo de lucro que promueve la fantasía y los mundos de la ciencia ficción, además de colaborar con entidades sociales y colectivos necesitados, celebró una jornada dedicada al universo de Harry Potter, y de carácter solidario.

«En tres horas ya han entrado más de mil personas en el patio. El recibimiento ha sido espectacular; las expectativas se han superado con creces. El mundo mágico de Harry Potter traspasa generaciones; los adultos les hemos transmitido a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos, todos los valores de esta saga, que son muchos», expresan Dani García y Adela Ródenas, coordinadores del evento y representantes de AACF. El encuentro empezó a las 10.30 horas y, poco antes del mediodía, el aforo del patio de La Misericòrdia, de unas 430 personas, ya estaba completo. Durante toda la mañana se registraron colas que recorrían la Costa de la Sang, «por un hijo se hace lo que sea», afirmaba Andrés Marí, mientras su hijo esperaba suspendido en una radiante Nimbus 2000. Algunos llegaron a esperar una hora pero, solo por observar la ilusión en el rostro de los niños al conocer a sus personajes favoritos, valía la pena.

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Para acceder al patio de La Misericòrdia, convertido en un rincón del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, debía pagarse un donativo de un euro, y por participar en los talleres, otro de dos euros. «Lo que recaudemos, además de cubrir los costes del evento y dar de comer a los voluntarios, va dirigido a las acciones benéficas que desarrollamos a lo largo del año», afirman desde la asociación, que colabora con diferentes asociaciones y personas que padecen enfermedades raras, y realiza visitas a hospitales de toda la comunidad, «es lo que más nos llena, el cariño que recibimos en las visitas sorpresa. No solo vamos a ver a los niños, sino a las personas mayores. Y lo agradecen de verdad».

Cicatrices en forma de rayo en la frente; capas de seda y varitas de acebo y pluma de fénix, y por supuesto, escobas voladoras de última generación formaban la equipación con la que los niños accedían al espacio. Aunque, en realidad, no solo eran críos los que se animaron a participar. «Creo que lo hemos vivido más nosotros que ellos. Es un símbolo de mi infancia y lo disfruto con la misma pasión. Puedo ver las películas veinte veces», expresa Noelia, de 27 años.

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Los amigos de la ciencia ficción prepararon una amplia variedad de talleres, donde los participantes crearon a la lechuza Hedwig con una piña y algo de algodón, fabricaron su propia varita, o bien las gafas de Luna Lovegood, y se hicieron con la Snitch dorada sin necesidad de atragantarse.
«Han organizado esto de Harry Potter, y no está Harry», le comentaba, con cierta indignación, un niño a su padre. En realidad, hubo muchos Harry, el personaje más escogido por niños y niñas; a quién si pudieron conocer fue a los grandes maestros de Hogwarts, como Albus Dumbledore, Severus Snape, Dolores Umbridge, Minerva McGonagall o Silvy Trelawney. Y tampoco faltó el Señor Oscuro, Lord Voldemort, o Bellatrix Lestrange. Grandes y pequeños no dudaron en tomarse fotografías con ellos.

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Aunque las grandes atracciones del día fueron otras. Con una gran emoción, subían al escenario y eran sometidos al juicio del Sombrero Seleccionador, que les asignaba su casa en Hogwarts. Por otro lado, en los duelos de varitas demostraban su pasión por la saga al recitar conjuros y hechizos de memoria. También se celebró una animada gymkana, en la que debían encontrar distintos objetos mágicos. Las personas que se hayan quedado con las ganas de disfrutar del universo de Harry Potter, podrán participar en otra jornada de la AACF el domingo 26 de mayo, en el marco del Mayo Cultural del barrio de Son Roca.