Seguramente de este primer encuentro entre exjugadoras de baloncesto surgió la idea de crear la Bàsquet +40 Club, baloncesto para mujeres de más de 40. | Click

TW
2

El próximo 10 de marzo se disputará el torneo All Star 2024 en Llucmajor, una competición de baloncesto en la que participarán cuatro equipos formados por jugadoras de la Bàsquet +40 Club, que como bien indica su nombre son jugadoras de más de 40 años. Una liga no federada -nos cuenta Marga Vidal, una de las fundadoras- «formada por jugadoras que seguíamos con ganas de jugar». Recuerda Marga que la idea surgió en 2016, «a raíz de una reunión de un grupo de exjugadoras que sentíamos cierta nostalgia de momentos que vivimos formando parte de un equipo y de lo mucho que disfrutamos, pero que un día, por diversos motivos (familia, hijos, trabajo...) cada una lo fue dejando».

Pero como el gusanillo por jugar seguía dentro, un día «hablando entre nosotras -prosigue Marga-, nos dimos cuenta que el número de interesadas por seguir jugando era elevado, incluso vimos que se apuntaban mujeres que jamás habían practicado este deportes. Entonces pensamos ¿y por qué no? Si éramos muchas las que estábamos dispuestas a jugar, ¿por qué no intentarlo? Por una parte, si lo hacíamos, si volvíamos a jugar -sigue Marga-, demostraríamos que mujeres con sus años, algunos kilos de más, con cargas familiares, algunas con la autoestima baja, o simplemente porque nos apetece disfrutar de nuestro tiempo libre practicando deporte en grupo. Además pensamos que a la vez contagiaríamos nuestro entusiasmo a otras mujeres que necesitan de un estímulo o de una ilusión, que la pueden conseguir, o bien volviendo a practicar su deporte preferido, el baloncesto, o las que no han jugado nunca a él permitirles que lo hagan o al menos lo intenten. Por lo que, aunque solo sea por unas horas cada semana, dejar de ser la hija de, la madre de, la hermana de, y ser nosotras mismas. Y pues así es cómo ha salido adelante esta idea, que con el paso de los años se ha convertido en lo que hoy es: baloncesto entre mujeres de más de 40 años - B+40 -, que hemos organizado a base de una liguilla, disputando un partido cada mes, con días de entreno… También hacemos partidos de carácter social con distintas fundaciones; partidos generacionales; dos torneos interislas, uno en Menorca y otro aquí, en Mallorca (que jugamos todos los equipos que formamos parte de B+40), y un Al Star en la Semana de la Mujer».

Sin subvenciones

Y lo más importante, que todo depende de ellas. Es decir, que no están subvencionadas por ninguna entidad privada, ni gubernamental -solo tienen el apoyo, que no económico, del Institut balear de la dona (IBDONA)-, por lo cual todos los gastos que estas actividades originan corren por su cuenta y, en ocasiones -pocas, desde luego-, de los patrocinadores que consiguen.

«Si éramos muchas las que estábamos dispuestas a jugar, ¿por qué no volver a hacerlo?», se preguntaron las chicas. Y así comenzó todo...

Por lo tanto sabiendo ya quiénes son, lo que hacen y por qué lo hacen y que corre por su cuenta, tendríamos que llenar completamente las gradas del polideportivo de Llucmajor el próximo 10 de marzo, a partir de las 10 de la mañana, para presenciar este All Star para mujeres a partir de los 35 años, y mucho más cuando este torneo se celebra en el homenaje a la mujer por el día 8 de marzo. Y si hasta que se celebre alguien más, por la buena labor que están llevando a cabo, quiere sumarse a los sponsors, tiene las puertas más que abiertas para hacerlo.

Cambio de lugar

El Chopo, conocido locutor de radio uruguayo, ha cambiado la ubicación de sus emisiones y desde hace unas semanas emite desde El Alpendre, un restaurante de Blanquerna. En ese local, cuando entras a mano izquierda, te encuentras con la emisora y, al frente de ella, El Chopo emitiendo música y entrevistando a la gente, de lunes a sábado, de 19 a 21 horas. La emisora emite on line, pero va en camino de convertirse en FM. Por ella han pasado personas relacionadas con el mundo de la música y el deporte, además de emigrantes que cuentan su historia

Una vida en una hora

La pasada semana El Chopo entrevistó a Miguel Matamoros, hondureño, exjugador del Mallorca, del Olimpia de Tegucigalpa y de la selección hondureña. Matamoros habló de su vida como jugador en Honduras, de cómo pasó del juvenil del Olimpia al primer equipo, de cómo no siendo un jugador muy alto se las arreglaba cuando se enfrentaba contra un delantero «más grande que yo». Habló también de por qué las buenísimas relaciones entre Hondura y su país vecino, El Salvador, se rompieron a causa de Estados Unidos, «todo por culpa de los políticos», recalcó. Pasaron de ser amigos – «mi abuela era salvadoreña», recordó -a enemigos en todos los terrenos, como se demostró cuando las selecciones de los dos países se enfrentaron en la liguilla clasificatoria para el mundial, México 70, en la que se impuso El Salvador.

Miguel Matamoros, exjugador del Olimpia de Tegucigalpa, selección de Honduras y Real Mallorca, le contó durante una hora e El Chopo muchas cosas.

«Tuvimos que jugar tres partidos, los dos de clasificación, uno en casa, que ganamos por 1-0, y el otro en El Salvador, que perdimos 3-0. En el desempate fue en México, entonces el golaveraje no contaba y perdimos por 1-0, por lo que nos quedamos fuera del Mundial. Lo peor fue que, finalizado este último encuentro, ambos países se declararon la guerra, muriendo en ella muchos salvadoreños y hondureños. Finalizada esta, fichó por el Mallorca. La intención era ascender a Primera, pero descendió a Segunda B y, de ahí, a Tercera. «Lo pasamos mal, pues dejaron de pagarnos por lo que nos pusimos en huelga, creo que la primera del fútbol español».

En la entrevista, Matamoros también habló de su vida dentro y fuera de los terrenos de futbol, de lo que ganaba como futbolista, de los buenos y malos momentos, y de cómo vive actualmente en la Part Forana, «pero con ganas de venirme de vez en cuando a la ciudad». Con entrevistas a personajes como Matamoros la audiencia aumenta, nos comentó El Chopo. ¡Y tanto!, sobre todo por lo interesante que fue, y por lo mucho que contó.