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En la Navidad de 1223, cerca de la pequeña aldea italiana de Greccio, San Francisco de Asís montó el primer belén de la historia. Para conmemorar el 800 aniversario de este hito en la historia de las devociones populares católicas, hace ocho meses, la Parroquia de la Santa Creu de Palma encomendó la renovación de su conjunto belenístico al taller de restauración artística Xicaranda. Esta ha sido una restauración particular, que persigue sentar un precendente para futuras intervenciones en conjuntos de la Isla.

«Esta restauración sigue el proceso habitual, no hemos inventado nada, pero sí es la primera vez que se afronta un nacimiento con este sistema. Los belenes siempre han sido considerados patrimonio menor, y han sido intervenidos por el propietario o un artesano. En esta ocasión, se ha llevado a cabo una restauración técnico-científica», explica el director de Xicaranda, Alfredo Claret, quien encargó la ejecución del proyecto a los restauradores Pere Terrassa y Clara Mateu.

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Este conjunto está formado por doce piezas de distinta época, factura y procedencia. La restauración arrancó con una serie de exámenes: se realizaron radiografías, estratigrafías y tomas de muestras para conocer la historia, los materiales y la composición de las figuras. Para ello, han trabajado con el laboratorio Arte-Lab de Madrid. Componen el conjunto belenístico dos juegos de Reyes, el Misterio y los animales del pesebre. Del siglo XVIII una cabalgata y un par de pajes con rostros, pies y manos de barro cocido policromado, y cuerpo de madera cubierto por vestidos de época. Posterior es el segundo grupo de Reyes, de terracota y 28 centímetros. Los restauradores afirman que todas las figuras son de fabricación regional.

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Cierran este conjunto la mula y el buey, también de terracota, y San José y la Virgen María, con cuerpos de madera articulados. De la restauración de las ropas que vestían los diferentes cuerpos de madera se han encargado Pablo Pérez y Pablo Portillo, del taller especializado en la restauración de textiles CYRTA de Sevilla. Los restaurados vinieron a la Isla a desvestir las figuras, «los tejidos iban cosidos y estaban en un estado muy frágil. Es casi un milagro que se hayan conservado», dice Claret. También se ha restaurado el marco de la hornacina que acogía a las figuras. El conjunto se instalará mañana en la parroquia y se abrirá al público el martes. Este mismo día, a las 19.45 horas, el restaurador Pere Terrassa impartirá la conferencia La restauració del betlem de Santa Creu: un cas singular, donde se desvelarán los secretos de la restauración y algunas de las conclusiones extraídas en el estudio previo.