Andreu sostiene un panel surtidos con diferentes parches adhesivos. | Pere Bota

TW
1

En los 80, los parches eran la forma de contarle al mundo qué banda te gustaba o cuál era tu película favorita. Aquellos días en los que el señor Miyagi enseñaba a Daniel-san a desafiar la gravedad; en los que un asesino de ultratumba acechaba nuestras pesadillas; días de cardados imposibles y rockeros que proclamaban haber ‘nacido en los U.S.A’... En aquellos mágicos ochentas que profetizaban un mundo regido por bytes y microchips, los chavales llevaban una mochila repleta de parches, subrayando el énfasis creativo de una década ciertamente rompedora.

Ya ha llovido desde aquellos días de E.G.B y ‘Un, dos, tres responda otra vez’, pero, sumergidos en la nostalgia que salpica nuestros días, ha llegado el momento de volver a cosernos parches que hablen por nosotros. Solo que ahora «la mayoría son termoadhesivos, basta plancharlos sobre la ropa para que queden adheridos», subraya Andreu Roig, de SAT Digital, el comercio con el mayor fondo de parches bordados del país. «Se hizo un estudio en base al stock de todos los comercios que acuden regularmente a ferias y el nuestro era el más cuantioso».

PB0911230016881.jpg

Pero, ¿cómo dio comienzo esta aventura? «Nuestro stock comenzó a aumentar hace años, en los mercadillos. Los clientes nos pedían parches cada vez más específicos, y poco a poco fuimos ampliando el fondo hasta los 10.000 parches diferentes que tenemos ahora, aunque el stock total es de más de 70.000». No solo ostentan el récord en número de parches, también en pegatinas: «Tenemos unas 9.000 diferentes, y en total en torno a las 50.000». De éstas, la mayoría «las hacemos en nuestro estudio». Por contra, «fabricamos un uno por ciento de los parches de impresión textil y otros de velcro». El grueso restante procede de «Texas y Carolina del Norte, en Estados Unidos», revela Roig.   

Temáticas

Las temáticas más demandadas son, mayoritariamente, «sobre películas, marcas de coches y motocicletas, de grupos musicales, anime y temáticas freaky». Y aunque su principal fuente de clientes procede de los mercadillos, también despachan bastante género en tienda, «vienen muchos clientes de aquí en Palma, pero también de Cala Millor, Manacor, Sa Pobla y otros puntos».

El próximo 19 de noviembre desplegarán su parada en la Fira Friki de Palmanyola. Ese día las previsiones de venta de parches y pegatinas relacionadas con el anime y el cosplay «se disparan». Anteriormente expusieron en la Fira del Motor de Inca y la Fira Motor Retro de Marratxí, también han aparcado su carpa en multitudinarios eventos musicales, como el Mallorca Live Festival o el Marrockxí. En cuanto al target de sus clientes, Roig lo ubica entre «los niños de diez años aficionados al anime, y veteranos de más de setenta amantes de las motos, los coches o la música».