Francesc Grimalt Oliver (i) y su socio Sergio Caballero fundaron la bodega 4kilos en 2006. | Particular

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Cuando Francesc Grimalt Oliver está entre las viñas siente que se encuentra en su lugar: «Esta es mi 33ª vendimia. Siempre me ha apasionado la viticultura», reconoce. Natural de Felanitx, nació en una familia con una larga tradición en la agricultura, y en agosto de 2006 decidió fundar la bodega 4kilos junto a su socio Sergio Caballero. Como antiguo enólogo y director técnico de la renombrada Bodega Anima Negra, Grimalt aportó mucha experiencia y pasión a este proyecto. Los dos elaboraron las primeras botellas de 4Kilos en septiembre de 2006 en el garaje de un amigo enólogo: «En aquel momento invertimos un total de cuatro millones de pesetas, de ahí el nombre. Eso equivalía a algo menos de 20.000 euros. Sólo pudimos comprar la uva, las barricas y las botellas, lo imprescindible para empezar».

Un año después, los dos amantes del vino empezaron a convertir una antigua granja de ovejas en una pequeña bodega. «Mi padre me había cedido previamente el terreno, y así Sergio y yo pudimos empezar la producción». Desde ese día los viñedos han aumentado hasta llegar a las 40 hectáreas y actualmente la bodega se centra sobre todo en variedades de uva autóctonas. «Nuestros vinos principales se llaman 12Volts y 4Kilos», explica, y detalla que mientras que 4kilos se elabora principalmente con variedades de uva autóctonas, 12Volts se compone sobre todo de variedades foráneas.

Los vinos de esta bodega se caracterizan por su estilo mediterráneo: «Producimos sobre todo vinos ligeros y frescos». Una de las variedades de uva locales es la Callet, que se produce en el suelo rojo «Cal Vermell», típico de Mallorca, que ofrece unas condiciones de cultivo ideales. «Lo especial es que no suelta tanta agua, sino la justa para el Callet». Como cultivador, se adhiere a un principio específico: «Intentamos gestionar el viñedo como un bosque. El hecho de que haya árboles en el medio significa un aumento de la biodiversidad, un refuerzo de la competencia entre las plantas y temperaturas más bajas durante los veranos mallorquines». En general, la protección del medio ambiente y la sostenibilidad están en la mente de Francesc: «Gracias a nuestros conocimientos, somos capaces de producir sin dejar residuos en el suelo».

Mientras que Grimalt se ocupa principalmente de la producción de los vinos, su socio Caballero es responsable de la comercialización. Como este último es músico, también da a los vinos un cierto toque musical: «Sergio no viene del mundo del vino, sino que vive para la música. Cuida nuestra imagen, las etiquetas, los nombres y se ocupa del marketing». En el proceso, las barricas de la bodega se etiquetan con nombres de grupos o artistas, por ejemplo Patti Smith, Blur, Oasis, Abba o Moderat.

Gran parte de su producción se exporta, y sólo entre el 20% y el 30% se vende en la Isla: entre sus principales clientes se encuentran Australia, Estados Unidos, Finlandia, Suecia, Dinamarca, la República Checa, Japón y Singapur. «Sólo vendemos pequeñas cantidades e intentamos crear así una marca», remarca Grimalt, que siempre que puede viaja para encontrar inspiración. La bodega también ofrece pequeñas catas de por previa petición.