Matías Padial, en una imagen promocional del programa. | TVE

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El mallorquín Matías Padial es uno de los participantes de El Conquistador, un reality de aventura extrema que el lunes dio comienzo en La 1 de TVE. Este programa, que se emite en la televisión de Euskadi desde hace veinte años, inicia su andadura en la cadena pública presentado por Raquel Sánchez Silva y Julián Iantzi. Un espacio en la que tres equipos, uno de mujeres, otro de hombres y otro de hombres y mujeres, han de demostrar la capacidad de supervivencia en uno de los lugares más inhóspitos del mundo, el Parque Natural de los Haitises, en República Dominicana.

El mallorquín Matías Padial saltó a la fama en 2016, cuando concursó en la sexta edición de Pekín Express que emitió La Sexta. En compañía de su primo Nabil recorrió Sri Lanka e India y, aunque tuvieron unos comienzos desiguales, acabaron llegando en primera posición en la etapa final. Los primos ganaron 39.000 euros como resultado de los amuletos que habían acumulado y se metieron al público en el bolsillo gracias a su sentido del humor y una simpatía constantes. Matías continuó siendo muy activo en redes sociales y en YouTube pero desapareció de la pequeña pantalla hasta el año 2020. Fue uno de los elegidos por Cuarzo Producciones para formar parte del grupo de solteros de la segunda edición de La isla de las Tentaciones, un reality show en el que su cometido era el de seducir a las chicas que participaban con su pareja e intentaban averiguar si su relación era sólida. Con el objetivo de encontrar el amor. Matías tuvo la ocasión de vivir distintas citas con ellas y desplegar todas sus armas de conquistador en el día a día de la paradisíaca villa, ubicada también en República Dominicana.

Vivir en el infierno

En esta ocasión, y ya especializado en este tipo de programas de aventura, Matías es uno de los integrantes del equipo masculino liderado por el exfutbolista Patxi Salinas, de quien dice que es «el mejor, el más duro, el más sincero, y el que nos defiende por encima de todos». El espacio en el que conviven es el infernal, que es, según nos cuenta, «una ciénaga llena de barro y mosquitos, sin comida y sin poderte duchar, salvo que te metas en el agua… Fíjese como estaremos allí, que una noche me desperté a causa del mal olor que desprendía mi cuerpo, que a diario se iba llenando de picaduras de mosquitos… ¡Más de cien picaduras diarias! ¿Sabe lo que hacía para evitar que me picaran de noche? Dormir tapado con una manta y con una gorra… ¡A 35 grados de temperatura! Por eso, a nada que puse los pies allí, me dije que estaba de vacaciones en el infierno».

Matías, este martes, en la calle Blanquerna de Palma. Foto: Click
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De sus anteriores participaciones en realities, Matías comenta que «en Pekín Express, con mi primo, David, lo pasamos genial. Luego participé, como tentador, en La isla de las tentaciones, una experiencia que quiero olvidar. Y ahora, en este que, como digo nada tiene que ver con los demás. Porque en El Conquistador todo es real. Es supervivencia extrema. Lo digo porque yo he estado hasta seis días sin comer nada, pues nada de comida había a mi alrededor. ¿Que qué haces…? pues cuando estás así, te sorprendes viendo de lo que es capaz de hacer tu cuerpo, de cómo reacciona. Parece que no puede más, pero si se lo pides, ves que sí puede. Y yo se lo pedí, y tras seis días de no comer pude trepar por una cuerda nueve metros». Matías destaca que «la primera vez, te dan un kit de comida a base de atún, con pequeñas cantidades de arroz, harina y frutos secos. Y adminístratelo bien, que como no, te quedas sin nada. Durante el programa llegué a perder 10 kilos, aunque me fui preparando para ello, entrenando y poniéndome ciego a base de croquetas y pasteles, que luego perdí, pero que me ayudaron a sobrevivir».

Matías, al enterarse de que se ponía en marcha este nuevo programa, «envié un vídeo mío y me cogieron. A partir de ahí me fui preparando, sabiendo lo que me esperaba. Como he dicho antes, participé porque quería saber cómo respondía mi mente y mi cuerpo ante situaciones límite. Y lo supe rodeado de mosquitos, realizando pruebas de exigencia física brutales, durmiendo en el barro y en la porquería, sin poder ducharme…. El día que me duché -se ríe al recordarlo- atasqué el desagüe por la cantidad de suciedad que llevaba mi cuerpo».

En El Conquistador son cuatro los factores a tener en cuenta por parte de los concursantes en cuanto a la consecución del premio final: astucia, superación, deportividad y convivencia. Matías, apasionado de la música, estuvo acompañado de su ukelele, «hay quienes fueron a competir y otros a lucirse, yo cuando pude, canté acompañado de mi ukelele. Preferí eso a meterme en líos».