Entre las causas apuntadas como factores de mayor infelicidad está el pasar demasiado tiempo en las redes sociales. | Efe

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La tendencia de los suicidios sigue al alza desde hace tres años y los planes de prevención no llegan, según denuncia la plataforma Stop Suicidios que reivindica el acceso a la terapia e informa de listas de espera de hasta ocho meses para acceder a un psiquiatra o a un psicólogo de la sanidad pública. «Una persona con ideas autolíticas no puede esperar meses a ser atendido por un profesional», explica a EFE el portavoz de la plataforma, Román Reyes, que insiste en que el suicido «toca a todos» y «la salud mental no se puede convertir en un lujo, con consultas de 60-70 euros por una hora de terapia en la sanidad privada».

Con motivo este domingo del día mundial de prevención del suicidio, el portavoz de la plataforma también denuncia que en los ingresos psiquiátricos se den las altas muy rápidas sin que el paciente haya resuelto su problema, y advierte de que «los tres meses posteriores a una tentativa son críticos por la repetición del intento». También echa en falta más campañas de prevención y recuerda que la Dirección General de Tráfico (DGT) gracias a estas estrategias consiguió una significativa reducción de los accidentes mortales: «¿Por qué no pasa eso con el suicidio?».

Y subraya que hoy los suicidios consumados multiplican por cuatro los muertos en accidentes de tráfico. Reyes asegura que en los países con planes de prevención las cifras de suicidio bajan y lamenta que en España se haya hecho «un maquillaje» de este problema de salud pública. En su opinión, la puesta en marcha por parte de Sanidad del teléfono 024 de atención a la conducta suicida, en mayo de 2022, «no es suficiente» ya que de ahí derivan las urgencias al 112, «donde no hay formación específica de los sanitarios».

Con motivo del día mundial, Stop Suicidios sale a la calle este domingo en Madrid bajo el lema «Por un plan de prevención». Al término de la marcha, la plataforma leerá un manifiesto, firmado por una treintena de entidades, en el que se pide sensibilizar y formar a la población, potenciar la Atención Primaria en salud mental, crear protocolos en las comunidades, un observatorio de la conducta suicidio e introducir la temática del suicidio en los estudios de grado.

Javier Jiménez nunca pensó que el suicidio le iba a tocar de cerca, pero un día sonó el teléfono y le comunicaron que su hija, de 20 años, se había quitado la vida. Tres años después ha creado, en homenaje a su hija, la Asociación Sara Jiménez a fin de trabajar por la prevención, e impartir charlas en colegios de Primaria y Secundaria porque «los chavales hablan entre ellos de suicidio, todos conocen a alguno que lo está pasando muy mal, pero les cuesta mucho pedir ayuda». En esta labor de prevención, la asociación, que cuenta con un equipo de tres psicólogos y un psiquiatra, también se desplaza a centros culturales o municipales, «y a todos aquellos sitios donde pueda ser de utilidad».

Jiménez afirma que prácticamente en el cien por cien de los colegios a los que acude se detectan problemas de tentativa de suicidio, y en ocasiones, si la dirección del colegio lo considera, se extiende la formación a profesores porque hay que erradicar la idea de que «esto son cosas de chavales».

Desde la asociación La Barandilla, su director José Manuel Dolader, percibe una tendencia al alza en los suicidios en lo que va de 2023 y advierte de que solo se doblegará la curva con un plan nacional de prevención, que permitirá mejorar las cifras en 2024. Dolader lamenta que con 4.097 muertes consumadas en 2022 por suicidio, un 2,3% más que un año antes, «nadie en el Ministerio de Sanidad trabaje por la prevención» y, ante esta laguna, sean las comunidades las que elaboren programas específicos.

Para este experto la creación de «una dirección general ayudaría a analizar por qué la gente se suicida». El director de La Barandilla vincula el aumento de los suicidios al malestar y a la crispación general de la sociedad. Una tensión, dice, que se traslada a todos los ámbitos, en especial a las redes sociales y al colectivo de los más jóvenes. De hecho los suicidios en menores de 20 años (84 en 2022) supusieron un 12% más respecto a un año antes. La Barandilla, que lleva desde 2015 reclamando un plan nacional, creó en 2018 un teléfono de ayuda a personas con ideación suicida (911 385 385) público, gratuito y atendido por profesionales, desde el que prestan ayuda psicológica con un mínimo de tres meses.