A pesar de la tregua pactada, hubo quien no pudo resistirse a disparar al bando enemigo.

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Si la meteorología lo permite, el Parc de la Mar se convertirá este domingo por la tarde en un húmedo campo de batalla. Allí se celebrará una nueva edición de la gran Batalla de Banderies entre Canamunt y Canavall, los bandos nobiliarios de Ciutat que protagonizaron enfrentamientos en toda la Isla en el primer tercio del siglo XVII. Pero este viernes, lejos de alimentar el conflicto, las facciones cesaron temporalmente las hostilidades para celebrar el clásico Sopar de Germanor en Ses Voltes, una gran oportunidad para conocer al enemigo, escoger un bando y, quizás, tejer alguna que otra alianza; como escribió Sun Tzu en El arte de la Guerra, «si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no temas el resultado de cien batallas».

Ahora bien, antes de la cena, a las 19.30 horas, los bandos se reunieron en la plaza de Cort, donde tuvo lugar la habitual Penjada de Blasons. Bajo el lema Què en sé jo, de la mort d’en Berga, al ritmo de los tambores, los canamunters llegaron vestidos de rojo y los canavallers, de amarillo. Justo antes de colgar sus respectivas banderas en el balcón del consistorio, la bandolera Joana Daviu –una Mulan a la mallorquina, ya que, como la legendaria guerrera china, Daviu participó en el conflicto vestida como un hombre–, fue la encargada de dar el sus a la fiesta. «Canamunt i Canavall, tant és d’allà on venim, al final tots en un ball, ben xalestos ens reunim. (...) Pistoles, només les d’aigua; guerres, sols per banyar; que només amb un paraigua, n’hi hagi prou per defensar», exclamó Daviu, respondida por el público con gritos y vitores, que celebró el arranque de la contienda con el ya tradicional brindis d’herbes. Como era de esperar, a pesar del firmado pacto de no-agresión, hubo quién no pudo resistirse a disparar al bando enemigo.

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De este modo, en mitad de un alegre ambiente festivo, animado por la siempre presente Xaranga Final Feliç, los allí presentes se dirigieron a Ses Voltes, donde les esperaba la cena. De camino a la muralla eran muchos turistas los que no podían resistirse a inmortalizar la estampa. Y, como se publicó a lo largo de la semana en las redes sociales de Orgull Llonguet, no era necesario tener bando para participar en el encuentro, que fue un buen momento para decidir a qué parte afiliarse. Aquellos interesados en hacerse con la camiseta oficial de la fiesta, importante para financiar esta fiesta autogestionada, lo pueden hacer este sábado en Melicotó, abierta por la mañana, así como el mismo domingo, antes de la guerra de agua. Una vez acabada la cena, los presentes disfrutaron de la música de los DJ Aina BG y Raimon Palou, además de una barra con precios populares.

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Para calentar motores y llegar en formación al campo de batalla, este domingo, a las 16 horas, cada bando se reunirá en una plaza de la ciudad: Canamunt lo hará en la de Sant Jeroni y Canavall en Drassanes. Pero no se confíen: el fuego amigo es habitual. Ya con las pistolas de agua cargadas y las camisetas empapadas, las facciones tomarán rumbo al Parc de la Mar para iniciar la contienda a las 17 horas. Desde Orgull Llonguet, organizadores de la fiesta desde su primera edición, celebrada en 2015, lanzan algunas recomendaciones para el correcto desarrollo de la batalla, como evitar disparar a aquellos que no participen en la fiesta, no apuntar a los ojos, cuidar de los pequeños bandoleros, respetar la zona seca o tomar bebidas alcohólicas con moderación. Para acabar, el próximo lunes se celebrará el entierro del juez Jaume Joan de Berga, asesinado en la calle Sant Pere Nolasc en el año 1619 por su intermediación en el conflicto nobiliario. El pasacalles empezará desde donde le arrebataron la vida, a las 20 horas.