La ‘clastra’ fue el acogedor escenario para el recital ofrecido por la soprano Sonya Godarká y el barítono Vratislav Kríz acompaña | Lydia E. Larrey

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La clastra de la casa señorial de Son Vich de Superna fue el acogedor escenario para la propuesta enomusical que, en forma de festival, maridó melodías de compositores como Mozart, Albéniz o Bernstein con los vinos Viognier, Lágrima de Superna y Expresión entre otras etiquetas de la Bodega Son Vich de Superna, sin que la tormenta que cayó durante la tarde de ayer empañara la cita sino todo lo contrario, favoreciera un cielo despejado y una fresca caída de la tarde perfecta para un concierto en el exterior.

Enmarcada en el quinto Festival MallorcÒpera que organizan la bodega anfitriona y Euroclàssics con la colaboración del Institut d’Estudis Baleàrics y el Consell de Mallorca, en la velada los asistentes pudieron disfrutar de la voz de la soprano Sonya Godarká y el barítono Vratislav Kríz acompañados al piano por Francesc Blanco en un entorno podría decirse que de película. El repertorio, muy acertado, abarcó arias de óperas tan celebradas como Don Giovanni, de W.A. Mozart; Las dos viudas, de Bedrich Smetana; Romeo y Julieta, de Charles Gounod; o Mallorca de Isaac Albéniz con la que Blanco finalizó el primer tiempo del concierto.

Fernando Sampol, Sonya Godarká, Francesc Blanco, Ángela Verdera y Vratislav Kríz.
Fernando Sampol, Sonya Godarká, Francesc Blanco, Ángela Verdera y Vratislav Kríz.

Degustación

Sin duda alguna, una magnifica introducción para la degustación que se sirvió en el descanso del recital en la terraza superior, una gran oportunidad para admirar la pintoresca fachada de la edificación cubierta de hiedra, así como el espectacular estanque sin olvidar los jardines de la finca. Se sirvieron hasta nueve referencias de vino elaborado con variedades locales como la Gorgollassa, premsal o mantonegro y las introducidas viognier, merlot, cabernet Sauvignon o ull de llebre, entre otras, de esta bodega que cuenta con las viñas situadas a mayor altura de la Isla, factor que favorece la producción de vinos muy aromáticos, frescos y con una acidez en boca muy apreciada a la hora del maridaje gastronómico.

El segundo acto fue, si cabe, más celebrado aún que el primero por parte de un auditorio que se deleitó con Summer Time o el dúo Papageno Papagena de la Flauta Mágica, también de Mozart.