En la recpeción del hotel Riu Playa Park, los alumnos de La Porciúncula recibieron una pulsera de todo incluido. | Pere Bergas

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Todo el mundo recuerda con cariño las excursiones escolares. Las fábricas de Quely o la de vidrio soplado, CaixaForum, la Granja de Esporles o los santuarios de Lluc o Cura son algunos de los destinos habituales, lo que no se había visto nunca es que los escolares visitasen un hotel. Hasta este viernes, cuando los alumnos de sexto de Primaria del colegio La Porciúncula de la Platja de Palma se acercaron al establecimiento hotelero Riu Playa Park para conocer su funcionamiento, sus trabajadores, así como todos los rincones ocultos a la vista de los huéspedes. «La hostelería es el pilar económico de la zona de nuestro colegio, y muchos de los padres de los alumnos se dedican al sector. Es una buena forma de que conozcan las diferentes labores que se desarrollan en un hotel, donde el trabajo en equipo es esencial; pueden ver que el trabajo cooperativo que hacen en clase se aplica en el mundo real», dijo la jefa de estudios de Educación Infantil y Primaria, María Lorca, acompañada en la salida por los profesores Elena Rodríguez, Jaime Almendro y Paula Munar.

Los niños llegaron a pie a las puertas del hotel, a las 9.30 horas, donde los recibieron la directora, Gina Noguer, y el jefe de recepción, Cristóbal Fernández, un exalumno de La Porciúncula; les explicaron en qué consistía la jornada y, sin más dilación, accedieron al hall. Allí les pusieron una pulsera de todo incluido. Al escuchar la palabra bufé, todo eran sonrisas, gritos y ojos brillantes. Los niños cruzaron en procesión el comedor del hotel ante la atenta mirada de los turistas, que no acababan de comprender todo el ajetreo. El metre, Paco Miranda, y una de las camareras más veteranas, Karina Loyola, les explicaron el funcionamiento del restaurante y, acto seguido, los críos se lanzaron a las fuentes del bufé.

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«La hostelería es esencial en la Isla y a veces no se conoce el trabajo que hacemos. Dignificamos la profesión y los niños ven que todos los trabajadores son importantes, forman un engranaje», explicó la directora del hotel. Tras el copioso desayuno, visitaron las cocinas del hotel, los sótanos, las salas de máquinas, reciclaje o piscina; subieron al tejado para ver las placas solares y el sistema de energía, entraron a las habitaciones y bailaron con uno de los animadores del hotel, Roberto Ozuma, y para acabar, el jefe del bar, JJ Vives, les enseñó a preparar un cóctel sin alcohol.