El cómico y presentador lleva 22 semanas en lo más alto de la lista de libros más vendidos del país con ‘Por si las voces vuelven’, un relato en primera persona sobre su relación son la salud mental. | Planeta

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Ángel Martín (Barcelona, 1977) es uno de los cómicos y presentadores más conocidos y queridos del panorama español. Comenzó su carrera como monologuista de Paramount Comedy, trabajó como guionista de las últimas temporadas de Siete vidas y colaboró en programas de televisión como Noche sin tregua o La noche... con Fuentes y cía. La fama, los premios y el reconocimiento le llegaron entre 2006 y 2011, cuando presentó al alimón con Patricia Conde el magacín satírico Sé lo que hicisteis... en La Sexta.

Tras dejar voluntariamente el programa de humor por agotamiento, siguió dedicándose al stand up comedy y a la televisión, colaborando brevemente con Andreu Buenafuente en En el aire (2014) y presentando en TVE el programa de ciencia Órbita Laika (2015). Volvería a la pequeña pantalla en 2018, de nuevo con Patricia Conde como compañera, con WifiLeaks y Dar cera, pulir cera, en #0 de Movistar+. Pero ya no parecía el mismo. ¿Por qué?

El 4 de junio de 2017 le cambió la vida. Ese día ingresó en el ala de psiquiatría del Hospital Puerta de Hierro. ¿Motivo del ingreso? Paciente varón de treinta y nueve años acude a urgencias expresando ideas extrañas. Y de esa vivencia nació el libro Por si las voces vuelven (Planeta), que lleva 22 semanas arrasando en las librerías del país, del que firmará ejemplares este sábado, a las 11 horas, en la librería Agapea de Palma.

¿Qué ocurrió para que necesitara un ingreso?
–Recuerdo que unas horas antes publiqué un tuit con mi cuenta felicitando a Eva, mi pareja, por el éxito de la película Wonder Woman. Después salí para volver con el coche repleto de regalos para ella. Los que me conocían, pensaban que era un mensaje humorístico, los más cercanos se preocuparon. En realidad mi novia no tenía nada que ver con esa película, yo estaba convencido de que sí. Me la encontré en casa, preocupada y esperándome para una intervención. Me convenció de que algo me pasaba y de que necesitaba ayuda. Todavía no sé si el día que ingresé cambió mi vida, o lo fue el día que me dieron el alta.

¿Pero ocurrió algo para llegar una situación así?
–Lo he pensado mucho, no hay un momento, un desplante de alguien, un problema... nada. Tampoco hay un momento trágico en mi infancia. Simplemente me desbordé.

¿De esa experiencia nace Por si vuelven las voces?
–Surge a raíz de mi relación con la salud mental. Hablar sobre este tema sigue siendo un tabú para gran parte de la sociedad. Hace falta reflexionar y perder el miedo. Creo que es imprescindible perder el miedo a hablar de salud mental, olvidarse de juicios de valor, pero, sobre todo, la gente tiene que escuchar. Eso sucede mucho. Cuando intentas contar a alguien que estás triste, cansado o que tienes un problema de salud mental, la gente tiende a decir que ‘no es nada’, que ‘esos son tonterías’, que solo tienes que ‘airearte’.... ¿cuántas veces hemos escuchado eso?

¿Cuál fue su objetivo a la hora de escribir este libro tan personal?
–Cuando salí del hospital necesitaba salir del pozo profundo en el que estaba. Por eso busqué algún libro que me ayudara a comprender la experiencia o el testimonio de alguien que hubiera vivido lo mismo que yo, no lo encontré por ningún lado. Hace un tiempo surgió la posibilidad de hacerlo, me eché la manta a la cabeza y empecé a escribirlo. Si con mi experiencia plasmada en el papel ayudo a alguien, bienvenido sea.

Ángel Martín con un ejemplar de 'Por si las voces vuelven'.

¿Le tocó reconstruirse después de esta experiencia?
–Decidí hacerlo. El patrón de toda la gente que había vivido una situación similar pasaba por encontrarse a sí mismos, tratar de sentirse como los que eran antes y volver a ser ellos. A todos les pasaba lo mismo: terminaban recayendo. Por eso opté por dar por muerto al Ángel de antes y partir de 0. Una experiencia así te obliga a hacerlo.

El libro ha sido un éxito, ¿por qué cree que está sucediendo?
–La gente está perdiendo el miedo, aunque queda mucho camino por recorrer. Las redes sociales, en las que he estado muy metido en los últimos años, han ayudado mucho también. Y al mismo tiempo ha nacido un podcast con gente que habla de sus problemas de salud mental, con personajes populares.

¿Y ahora qué?
–Promocionar el libro, seguir subiendo al escenario con mis monólogos y acercar el tema de la salud mental, pero sin pretender ser un abanderado.