Un grupo de alumnos junto al carro donde se deposita la comida, que irá destinada a Cáritas. | Pilar Pellicer

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El colegio Sant Vicenç de Paül, situado en La Vileta, ha dado un paso más en las actividades solidarias que tienen lugar en los días previos a la Navidad. Los alumnos del centro están entregando desde el pasado lunes y hasta hoy comida que les dan sus padres a beneficio de Cáritas. Hasta aquí todo normal. La novedad estriba en que diferentes residentes de los centros de gent gran del IMAS han elaborado mantas de lana y estrellas realizadas con materiales reciclados que se intercambian por la comida aportada por los estudiantes.Además, los colegiales también aportan juguetes y otros objetos lúdicos que ya no utilizan, que también forman parte del mercadillo y que son intercambiados por comida. De esta manera, el patio del colegio se está convirtiendo estos días en un ‘zoco’ en el que el alumnado da y a la vez recibe.

Javi, Alba yEnric Xavier son tres compañeros de 5º de Primaria. «Además de la comida que nos han dado nuestros padres, yo he traído unos muñecos con los que ya no juego y Alba diversas manualidades», explicaba Javier, mientras que Enric añadía que su aportación había consistido en «unos libros que ya he leído». Los juguetes que no se intercambien se destinarán a la ong SOSMamás.

Para completar la actividad,    los alumnos han preparado postales navideñas que ellos mismos han elaborado y enviarán a las personas mayores de cada llar como muestra de agradecimiento. «Esta es una de las actividades intergeneracionales programadas a lo largo del curso por el colegio y que tiene como finalidad favorecer la sociabilización entre mayores y pequeños y promover el envejecimiento activo, entre otros muchos beneficios psicosociales que aportan a unos y otros», explicó la directora del centro, Aurora Fernández.

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Juana Moranta y Margarita Rosselló, junto a un grupo de alumnos.

Antecedentes

Este tipo de actividades con la gent gran ya comenzó el año pasado. Los alumnos enviaron postales navideñas y todo tipo de manualidades, cartas y dibujos a las personas mayores que estaban ingresadas en la residencia Sa Riera, de Palma. Este martes, al patio del colegio acudieron Juana Moranta y Margarita Rosselló, que son dos asiduas del Club de la Tercera Edad de Puigpunyent y Galilea. «Ahí vamos cada día y nos entretenemos haciendo gimnasia, pilates y nos hacemos compañía unas a otras», comentó Juana, mientras Margarita añadía: «Y antes podíamos hacer cerámica, pero hace dos años, por culpa del virus no lo hacemos y yo lo echo mucho de menos».

Javi, Enric Xavier y Alba, compañeros de 5º de Primaria.

Ambas octogenarias se mostraban encantadas rodeadas de tanta juventud y explicaba Margarita que «vivimos en Puigpunyent. Juana vive muy cerca del club y puede ir andando, pero a mí me toca ir en coche. Estas semanas hemos estado más entretenidas de lo normal elaborando las estrellas y las mantas». Margarita ha sido maestra y Juana es una de las primeras mujeres ingenieras agrónomas que hubo en Mallorca, y hasta que puedan, seguirán viviendo en sus casas.

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Belén Montes, Margarita Rosselló, Katia Fernández, Juana Moranta y Aurora Fernández.

Este miércoles, último día lectivo antes de las vacaciones de Navidad, tendrá lugar el último día de mercadillo, pero en vez de empezar a las 15:15 horas, comenzará a las 9:15. Los casi trescientos alumnos del centro se han volcado en esta actividad: los de Infantil pintando y los de Primaria ySecundaria participando activamente en la iniciativa solidaria.