Antoni Massanet comenzó en el mundo de la moda masculina a los 13 años. | Teresa Ayuga

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Un cliente entra en Uomo Novios. Antoni Massanet le ve y al momento no es que conozca ya cuál es su talla, sino que sabe qué traje va a llevar el día de la ceremonia. «De cada 10 trajes, 8 ó 9 los elijo yo. Pero siempre buscando lo que mejor se amolda al cliente», explica.

Nacido en Fornalutx en 1954, siendo un niño se trasladó a Palma porque su padre comenzó a trabajar de maitre en el Hotel Versalles. «Fui un año al colegio en Palma y con 13 años, en marzo, un día mi padre me dijo: mañana comienzas a trabajar en Almacenes Oliver en la calle Blanquerna». El adolescente no tuvo opción de seguir estudiando, quizás mecánica, que era lo que más le gustaba. «Estuve dos años barriendo y limpiando la tienda y en total pasaron tres hasta que atendí a un cliente». A partir de ahí comenzó un periplo por las tiendas y casas de moda más importantes de Palma: Barton’s en la calle Sindicato, luego encargado de Roxa en la calle San Miguel, de allí pasó a Lord Ton, en las Ramblas. En Boston, en la calle Sindicato, estuvo 15 años, hasta que le nombraron director de Ermenegildo Zegna en la calle Unió. «Toni Sastre era socio de esta tienda. En Zegna, en vez de atender al público, que era lo que me gustaba, tenía que viajar mucho, y no me gustaba nada, y entonces me fui de encargado a Jayton, que también era de Toni Sastre». Antoni Massanet no dejó Jaime III porque de allí pasó a Timoteo hasta que hace 12 años entró en Uomo Novios, propiedad de Simó Valls.

Relevo

En la actualidad, Antoni es un ‘jubilado activo’ hasta que la empresa encuentre un sustituto de garantías para un puesto que requiere una especialización importante. Este ‘asesor de imagen’, tal y como figura en su tarjeta de presentación, ha recibido a lo largo de estos años varias ofertas para ‘fichar’ por grandes almacenes. «La última vez fue hace menos de año y medio, pero siempre he dicho que no. A mí me gusta mucho el trato cercano con el cliente. Es importante trabajar con tejidos de gran calidad. Antes, las grandes firmas producían sus trajes en sus fábricas de origen y ahora casi todas lo hacen en China. Eso no quiere decir que no sean buenos trajes, que conste, pero es diferente».

‘Toni’, como es conocido por todos, asegura que es capaz de conocer la composición de un traje sólo con el tacto. «No me hace falta mirar la etiqueta». Para él, la mayor diferencia en este tiempo se ha producido en el corte de los trajes. «Antes, costaba encontrar telas de calidad, ahora el problema es el corte, el detalle, la terminación del traje. Y los arreglos, que son muy importantes». Asegura que aún continúa aprendiendo, pero destaca a Miquel Amengual, dependiente de Almacenes Oliver, como quien más le marcó en su trayectoria.

Buen consejo

Uno de los aspectos clave en su profesión es decir siempre la verdad al cliente, aunque no le guste. «Si un traje no le queda bien o yo encuentro que no es acorde, se lo digo. Algún novio se ha empeñado en casarse por la iglesia con un traje blanco. Yo le he dicho que no me parece lo más adecuado, pero si él insiste, yo se lo vendo».

En estos últimos once meses tan complicados, muchos trajes siguen colgados a la espera de que el cliente pueda hacer uso de él y casarse, pero apenas ha habido cancelaciones. Toni explica que de cada 10 novios, 8 acuden con su hermana o su madre y sólo 2 con la novia. «Es muy bonito cuando la madre se emociona hasta llorar al ver a su hijo vestido de novio».

Cada año, Simó Valls y él van a Barcelona, Portugal y a la Feria Pitti Uomo de Florencia a ver ‘in situ’ cómo van las tendencias. Por colores, el negro es el número uno, seguido del azul y el gris, «aunque la moda está ahora en el azul», señala.

Su hija Sofía está casada con un hijo de Simó Valls. «Ahora han sido padres y estamos encantados. Que seamos consuegros no es relevante. Los dos somos profesionales y nunca mezclamos los asuntos de trabajo con lo personal».

Por sus manos han pasado genios como Joan Miró o Camilo José Cela. «El primero era un señor encantador y su mujer, igual. Camilo...bueno, don Camilo tenía mucho carácter».

En los últimos tiempos, no son pocas las parejas del mismo sexo que han acudido a Uomo. «La gran mayoría son chicos, pero también he tenido parejas de lesbianas que querían un traje. Siempre es más complicado por el cuerpo de la mujer, pero quedan también estupendas».

Cuando ya sea un jubilado de pleno derecho, Toni disfrutará estando con su mujer, arreglando relojes y ejercitándose para seguir en una forma física envidiable. Su cinturón negro en karate lo atestigua.