Mick Jagger ha sido un apasionado de los automóviles. | Agencias

TW
8

A principios de los años 90, Bernardo, un cliente y amigo alemán del restaurante Casa Manolo-Bodegas Barahona, en Ses Salines, apareció por el establecimiento con un Cobra descapotable. Juan Barahona, cocinero e hijo del propietario, Manolo Barahona, se enamoró de aquellas curvas y atractiva carrocería un tanto abandonada. Al parecer, el dueño cuidaba muy poco del automóvil. «Un día me llevó a dar una vuelta y quedé fascinado del rugir de su motor y la sensación de velocidad al ir descapotados. Me contó la historia y me enseñó la documentación original de Inglaterra y la matrícula amarilla del anterior propietario. Me quedé sin palabras al ver que ponía el nombre de Michael Jagger Rolling Stone Productions», confiesa Juan Barahona.

Fueron pasando los años. Bernardo viajaba mucho a Alemania. «En una ocasión, unos amigos cogieron el coche y rompieron el motor. Bernardo lo intentó arreglar sin éxito y yo le decía que me vendiera el Cobra, aunque estuviera roto», asegura Barahona.

Un sueño hecho realidad

A finales de los 90, Juan se encontró de nuevo con Bernardo saliendo de una farmacia. Compraba muchos medicamentos. «Él sabía que estaba muy enfermo, pero nunca me había dicho nada». «Un día vino a mi casa y me pidió por favor hacer un contrato de compraventa del coche que tanto me gustaba. Ese día me di cuenta de lo enfermo que se encontraba».

El grupo recibiendo la carrocería restaurada.

El Cobra, color negro, matriculado el año 1985 y adquirido por el cantante Mick Jagger, pasó a ser propiedad de Juan Barahona en el año 2002. «Un año más tarde, Bernardo fallecía. Recuerdo que fue el 15 de enero de 2005. Ese día había quedado en el taller de mi padre, con él, mis cuñados, Bernat y Biel, mi amigo Juan Escalas y Miquel, de Metalúrgica y Composites Ses Salines, para comenzar a restaurarlo».

En navidades del año 2013, Juan Barahona aparecía en el restaurante al volante del Cobra descapotable totalmente restaurado y dándole la gran sorpresa a su padre, Manolo Barahona.

El motor fue lo más complicado de una restauración minuciosa y cuidada al detalle, donde se ha conservado el sillón del piloto. Se aprecia el cuero rasgado por los jeans de Mick Jagger. «Encontrar el mismo motor completo con todos sus accesorios en Estados Unidos fue tarea difícil y, menos mal, que mi amigo Stephan nos ayudó mucho».

Manolo Barahona, muy satisfecho y contento con el Cobra.

Cocinero de profesión, en el emblemático restaurante familiar de Ses Salines Juan confiesa que «yo siempre digo que no soy cocinero, que sólo estoy en la cocina. Nunca he comprado un libro o una revista de cocina, pero de motos, coches, barcos y aviones, las que quieras. Mi padre y mi madre siempre me han apoyado en todo». Tanto Juan como su padre disfrutan de esta joya del asfalto.