El estado de alarma saca el ingenio de muchos y unos aficionados al tenis se han animado a jugar de esta forma tan peculiar en Mallorca. | Ultima Hora

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Las gradas son los balcones. La pista no es dura como las del US Open, ni de césped como las de Wimbledon, ni de tierra batida como las de Roland Garros. La pista del torneo Cala Major Open tiene baldosas, sillas, macetas y piscina. Pero da igual. El partido lo gana el vecino que consiga que la pelota llegue más veces al edificio contrario, en la avenida de Joan Miró. Tomás Moyá, fotógrafo freelance, y su cuñado, Albert Ramon, estudiante de Comunicación Audiovisual, juegan a dobles contra Toni Ridao, profesor de Educación Física en el colegio San Cayetano, durante el estado de alarma por la pandemia.

«Un día, cuando la gente salió al balcón a aplaudir, Albert y yo nos disfrazarnos de conejo rosa y de personaje de Los Increíbles. Al día siguiente, nos vestimos de chinos y el tercero salimos a la terraza como pareja mixta de tenistas», cuenta Tomás. «De repente, del edifico de enfrente, encima de la hamburguesería Ararat, Toni nos saludó con una raqueta y pegó un pelotazo que nos llegó».

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Así empezó todo

«Nos calentamos y nos pusimos en la parte de la piscina a recoger pelotas. Lo que pasa es que nosotros no llegábamos, yo hacía años que no tocaba una raqueta. La gente del vecindario empezó a animarse, fue todo muy improvisado». El primer partido duró 20 minutos. Algunas pelotas se perdieron por el camino y otras las recogieron transeúntes que paseaban a sus perros. El segundo partido lo jugaron vestidos de buzo. Los residentes del edificio de Toni se disfrazaron de animadores con pompones y los de la pareja hicieron marcadores.

Agassi cuenta en sus memorias, Open (Duomo Ediciones), que en el tenis estás en una especie de isla. «De todos los deportes que practican hombres y mujeres, el tenis es el más parecido a una reclusión en régimen de aislamiento que, inevitablemente, propicia la conversación con uno mismo». Tomás y Albert se han separado durante unos días por la cuarentena. El primero está retratando las calles vacías de los pueblos de Mallorca por el coronavirus. Tendrán tiempo para conversar con ellos mismos y replantear el Cala Major Open, que lo retomarán pronto.

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