Una jornada muy provechosa. Durante toda la tarde de ayer se produjo un encuentro entre productores, distribuidores y consumidores para dar a conocer y probar los productos de más de 100 bodegas, entre las que también había diez firmas de destilados.

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Palma se convirtió este lunes en la capital del vino con la celebración en el Palacio de Congresos de la sexta edición de FEVI, organizada por Catavinos, donde productores, profesionales y consumidor final estrecharon lazos e intercambiaron experiencias y sensaciones. Los asistentes, que pagaron 20 euros, tuvieron la ocasión de degustar los vinos y destilados premium de más de 90 bodegas y productores locales, nacionales e internacionales, así como de intercambiar opiniones con los profesionales responsables y propietarios de las mismas.

En el certamen también se celebró un interesante debate bajo el epígrafe ¿DO Mallorca? en el que participaron ocho representantes del sector vitivinícola de la Isla, que expresaron sus opiniones en un debate dirigido por la periodista Concha Rosillo.

El bodeguero Toni Gelabert explicó que considera «viable que haya una sola DO, pero no me convence. Hay diferencias entre los vinos de la Isla que se deben respetar». Esperanza Nadal, de Vins Nadal, perteneciente a la DO Binissalem, comentó que «el apellido ‘Mallorca’ es muy bueno, pero cada uno debe defender su identidad». Sobre la posibilidad de una sola DO dijo que «se habla mucho pero no se avanza».

Andreu Majoral pertenece a Petits Cellers, pero avisó que no acudía en su representación. «Somos muchas bodegas y cada uno tiene su opinión, aunque creo que la mayoritaria es favorable a esa única DO. Lo más importante es fijarnos en lo que nos une».

Marina Vera, gerente de Vi de la Terra de Mallorca, dijo que «uno de los motivos de la creación del Consell Regulador de Vi de la Terra de Mallorca fue defender precisamente el nombre de Mallorca. Para una DO Mallorca veo sobre todo el problema técnico de qué tipos de vinos y uvas entrarían en esta DO».

Miquel Gelabert, enólogo y fundador de Vitivin, señaló: «Muchas zonas están dando una complejidad a su terreno para diferenciarlas de otras pero, por otro lado, a nivel comercial, es hasta complicado explicar dónde está España, como me pasó con un distribuidor de Corea del Sur, y ya no digo Mallorca».

Ramon Servalls, director de Macià Batle, argumentó: «Mallorca produce unos 5 millones de litros al año, que es la cantidad de una sola bodega media de La Rioja. Y nosotros somos más de cien bodegueros. Producimos vino para los extranjeros y lo que vende es el nombre de Mallorca».

Pere Calafat, bodeguero y miembro de Unió de Pagesos, abrió otra vía. «Podría ocurrir que hubiera una D.O. Mallorca sin que se juntaran las dos existentes en la actualidad».
Durante el debate también se abordaron otros aspectos como la crítica a que se incrementen las viñas en la Isla «con fines meramente paisajísticos».

Al final del coloquio tomó la palabra Marga Amat, gerente de la DO Binissalem, que se encontraba entre el público. Amat defendió la calidad de los vinos de Mallorca y explicó la dificultad de una DO Mallorca «porque hay bodegas que no tienen variedades autóctonas». Y en relación con el sector sentenció: «Nos parecemos más a Sicilia que a Burdeos».

Longo, una cata de campeonato

En el concurso de cata ciega –participaron 21 sumilleres– resultó vencedor Sebastián Longo, de Zaranda. En segundo lugar quedó Jorge Olongo y en tercera posición, Julianna González, que ganó el concurso Mejor Sumiller de Baleares la pasada semana. Los concursantes tuvieron que identificar tres vinos blancos y tres tintos de regiones tan dispares como Tenerife, Australia o Argentina.