Un joven pasa por delante de la barrera del restaurante Ca’s Músic de Palma. | Jaume Morey

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El kebab forma parte del panorama gastronómico de cualquier ciudad. Prácticamente en cada esquina hay un pequeño local de esta comida rápida turca. Pero hace veinte años no era así. Algún pequeño establecimiento ofrecía pitas griegas, y poco más. Ca’s Músic era el único entonces que elaboraba kebabs caseros y tradicionales, con la masa hecha en casa y la carne mallorquina de primera calidad. Ahora acaba de cerrar sus puertas.

En el siglo XX el kebab era un plato exótico, prácticamente desconocido por la sociedad mallorquina. Ca’s Músic fue el pionero y su introductor. El local, situado en la barriada de s’Escorxador, se abarrotaba cada noche. Fue tan rotundo el éxito que los comensales a veces tenían que esperar más de una hora para tomar mesa.

Los hasta ahora dueños del local y supervisores de su calidad son Vicenç, menorquín de 96 años, y su mujer Sevgi, turca de 81. Ambos mantienen una relación que se remonta a los años 60, cuando se conocieron en el mundo de la farándula. Él era músico multiinstrumentista y ella bailarina de la danza del vientre. Surgió el amor. Años después, en 1999, decidieron montar un restaurante y convertir el kebab en el plato estrella del negocio.

Y fue así como surgió este restaurante que a lo largo de veinte años formó una comunidad de clientes con los que mantuvo una relación casi familiar, que llegó a trascender los roles cliente-propietario. Pero, y a su edad, Vicenç y Sevgi han decidido parar y disfrutar de una merecida jubilación. Ellos están muy agradecidos a Yusa, la empleada de cocina que estuvo al frente de los fogones por su gran implicación y su buen hacer.

Este miércoles, el restaurante abrirá sus puertas por última vez a clientes y curiosos, pero no para comer. El local situado en la calle Miquel Arcas número 1 atenderá a partir de la 5 de la tarde a quienes quieran comprar cualquier recuerdo de su decoración. Cuadros, figuras, lámparas, mobiliario... saldrán de Ca’s Músic, que ya forma parte de la historia de Palma.