Ricardo Graells, entre sus empleados, los hermanos Macías: Santi (izquierda) y Tolo. | Jaime Moreda

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El 15 de junio de 1987 abría la cafetería-heladería Longarone de Via Roma. El pasado viernes, 13 de septiembre, echaba el cierre tras 32 años de actividad. Ricardo Graells ya había tenido otros negocios con el mismo nombre. El primero fue en la Avenida Argentina, entre 1983 y 2007, y el segundo estuvo situado en la calle Sant Miquel desde 1984 hasta el año 2012.

«Tengo ya 72 años, me podría haber jubilado a los 65, pero decidí continuar unos años más, pero ya está. Mis hijos no quieren continuar con el negocio y no me queda más remedio que cerrarlo», explicaba ayer Graells mientras dirigía el ‘vaciado’ del local.

Rafael Juan, especializado en estas lides, descolgaba las lámparas del techo y juntaba la mesas y sillas. «No sé qué fin tendrán. Primero guardaré todo un tiempo, luego ya veremos». Junto a él se encontraban los hermanos Tolo y Santi Macías. El primero ha estado 23 años de camarero en el local y el segundo ‘sólo’ 18. «Nos da pena terminar, pero lo veíamos venir. Yo tengo a mi pareja en la Península y lo más seguro es que me vaya allí» explicaba Tolo. «Yo me iré a trabajar a Bodega La Rambla, que está junto en frente, así que no cambiaré mucho, sobre todo de zona», comentaba Santi.

A Tolo no le hubiera importado continuar en el negocio como empleado de confianza. «Sabía qué decisiones podía tomar por mi cuenta y cuáles debía llamar a Ricardo, pero entiendo que si él ya no quiere estar más en el negocio, lo mejor es cerrar. El dueño tiene que estar encima porque si no, no está tranquilo, y es lógico».

Hasta el momento se desconoce si este local de más de 200 metros cuadrados y situado en una de las mejores zonas de Palma albergará otro tipo de negocio en breve.