Los integrantes del Club Prat de Catí cortaron la cinta inaugural. | Amalia Estabén

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El núcleo palmesano de Sant Jordi vivió una vibrante jornada que, con motivo de la XV Fira del Caragol, recibió a miles de visitantes.

La fira contó con 20 puestos de venta de caracoles y 120 estands relativos a la artesanía, productos agroalimentarios, plantas, muestra de animales de razas autóctonas, joyería y cerámica.

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Uno de los organizadores del evento,Pep Lendines del Club Prat de Catí, señaló que «este año hemos tenido la novedad del taller de cocina y la demostración de labrar la tierra con caballo, además de la participación de seis empresas caracoleras».

Entre los que montaron sus puestos estuvieron el estand de los Dimonis de Sant Jordi; el de licor de hierbas, de María Bauzá; el de embutidos de Can Bonor, de Toni Porquer, y los muñecos tradicionales mallorquines de Margalida Pastor. Esta cita popular y gastronómica cautivó al público una vez más por el orden –contó con un buen número de policías locales– y la calidad de los participantes.