Copito, en una imagen tomada en Barcelona el día en que cumplió 35 años. Foto: EFE

TW
0

Copito de Nieve, el único gorila blanco conocido y uno de los símbolos de la ciudad de Barcelona, murió ayer en su habitáculo del Zoo de esta ciudad como consecuencia del cáncer de piel que padecía. El gorila se encontraba desde el pasado miércoles fuera de la exposición al público, después de que en los últimos días hubiera empeorado su salud, ya que había perdido más de 10 kilos, se había agrandado la herida causada por el tumor que tenía bajo la axila y apenas se relacionaba con el resto de gorilas.

Un equipo de especialistas médicos de prestigio, pertenecientes a centros sanitarios como el Hospital de la Vall d'Hebrón, el Instituto Guttmann o el Instituto Barraquer, se habían encargado en los últimos años, de forma altruista, de cuidar de la salud del gorila albino.

Desde ese día, y después de que se publicara una foto en la que se veía la herida sangrante de su axila, el Zoo corrió las cortinas de las habitaciones exteriores del recinto donde vivía el gorila para evitar crear una excesiva expectación sobre el mal estado en que se encontraba.

A Copito de Nieve, de unos 40 años de edad y que había llegado a Barcelona en 1966 procedente de Bata, en la selva de Guinea Ecuatorial, se le diagnosticó en 2001 un cáncer de piel del que fue intervenido en tres ocasiones.

El Zoo de Barcelona hizo pública hace unas semanas la enfermedad terminal del gorila y, desde entonces, miles de ciudadanos han hecho cola, en especial los fines de semana, para ver por última vez a Copito de Nieve, y muchos niños le habían llevado dibujos con la imagen del gorila blanco que decoraban sus aposentos.