Las ONG piden un tratado internacional que regule el comercio de armas de pequeño calibre.

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Amnistía Internacional e Intermón Oxfam denunciaron ayer que el comercio de armas ligeras está fuera de control desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, y llegan a manos de gobiernos «represivos, perpetradores de violaciones de los Derechos Humanos y criminales».

El director de la Sección Española de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, y el director de Intermón Oxfam, Ignasi Carreras, presentaron el informe 'Vidas destrozadas' y, al mismo tiempo, la campaña internacional de control de comercio de armas ligeras lanzada simultáneamente en 60 países con el objetivo de conseguir un tratado internacional que regule el comercio de armas de pequeño calibre.

Beltrán recordó que 500.000 personas, en su mayoría civiles, mueren al año por disparos de alguna de las 639 millones de armas ligeras que se estima están circulando en el mundo: una por cada diez personas. Además, cada año se fabrican 8 millones más de armas, que se exportan sin ningún control por culpa, según estas ONG, de los gobiernos más poderosos.

El resultado es que cada minuto alguien fallece por el disparo de un arma de pequeño calibre, que, en palabras de Beltrán, se venden «en un gran bazar incontrolado» en el que se mueven unos 18.000 millones de euros.