La vieja central fue diseñada por Ramón Vázquez Molezún y funcionó desde 1957 hasta 1984.

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La antigua central de Alcanada de Alcúdia, retrato de la historia de la electricidad en Mallorca, amenaza ruina y está plagada de materiales contaminantes año y medio después de que el Consell la comprara para evitar que un fondo inversor extranjero la echara abajo para construir cinco bloques de viviendas con vistas al mar. Previamente la había protegido como Bien de Interés Cultural (BIC).

El Consell reforzará ahora la vigilancia en el recinto instalando cámaras después de que un tiktoker se colara para grabar y compartir dos vídeos temerarios registrados en las instalaciones que publicita como ‘El mejor sitio abandonado de Mallorca’ y ‘El mejor atardecer de Mallorca’. El primero acumula ya más de 221.000 visualizaciones.

Capturas de pantallas del video grabado por un 'TiKtoker' en Alcanada.
Captura de pantalla del vídeo grabado por un 'Tiktoker' que se coló en la central este mes de enero.

¿Cómo es posible que en todo este tiempo la máxima institución insular, no haya siquiera iniciado la descontaminación de la factoría que previamente protegió? Fuentes de Presidència explican que los pliegos de condiciones para sacar a licitación la descontaminación no han podido hacerse hasta la fecha por la falta de técnicos especializados. «Estamos trabajando en los pliegos», dicen.

Todo lo que el Consell ha hecho a día de hoy en la propiedad es comenzar a limpiar la maleza, descontrolada por el paso de los años y la falta de uso de las instalaciones. La central de Alcanada cesó su actividad en el año 1984 tras la puesta en marcha de la central de Es Murterar.

El Consell de Mallorca se hizo con la vieja factoría a finales de 2023 por solo 300.000 euros ejerciendo el derecho de tanteo. La ley se lo permitía porque previamente había iniciado el expediente para declararla Bien de Interés Cultural. Endesa (antigua propietaria) había cerrado por ese mismo importe un acuerdo de venta con el fondo internacional Ginkgo, participado por el Fondo Europeo de Inversiones y especializado en la regeneración de suelos industriales. El precio de lo que podría parecer una ‘ganga’ inmobiliaria tiene una justificación técnica. Los terrenos tienen una importante carga: el propietario está obligado a descontaminarlos.

Ginkgo cifró el coste de la descontaminación en 25 millones de euros, mientras que el Consell rebajó el presupuesto hasta los cinco millones de euros, basándose en informes técnicos. El tiempo dirá quién tenía la razón.

Estado actual de las instalaciones de la antigua central eléctrica de Alcanada en Alcúdia.
Estado actual del interior de la propiedad del Consell de Mallorca.

Desde un primer momento el Consell de Mallorca (entonces a los mandos de Catalina Cladera) se opuso a que la central pasara a manos extranjeras. La institución había tardado siete años en aumentar el nivel de protección de la fábrica de electricidad, diseñada por el arquitecto Ramon Vázquez Molezún (medalla de oro de la Arquitectura) en el año 1957, que Endesa quería derribar alegando motivos de seguridad.

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También protegió como Bien de Interés Cultural el poblado de Gesa en el que se alojaban los antiguos empleados, diseñado por el arquitecto Josep Ferragut. Ambas parcelas fueron segregadas antes de la incoación del BIC y la zona residencial pasó a manos de otro inversor que tramita desde entonces ante el Ajuntament d’Alcúdia la licencia de rehabilitación integral de las viviendas con el objetivo de comercializarlas como chalets de alto standing.

Antes de que el Consell de Mallorca comprara la vieja central de Alcanada, Endesa había solicitado sin éxito durante casi una década al Ajuntament d’Alcudia la licencia para derribar la antigua factoría advirtiendo de que representaba un riesgo para la seguridad. También solicitó formalmente sin éxito al Consistorio que declarara el Estado de ruina del complejo. Cuando cerró la venta al fondo inversor Ginkgo, la eléctrica informó inmediatamente a la institución insular a sabiendas de que podía optar a la compra mediante el derecho de tanteo.

El Ajuntament d’Alcúdia, el Govern y el Consell de Mallorca impulsan un proyecto para reconvertir la central eléctrica en un distrito estratégico para el desarrollo de tecnologías vinculadas a las energías renovables, especialmente a la descarbonización del mar. También a proyectos de investigación y protección del Mediterráneo. El proyecto se llama Alcúdia Tech Mar y cuenta con financiación de Fondos Europeos. Implicará ejecutar derribos parciales en el conjunto industrial diseñado por Vázquez Molezún, pero mantendrá los suficientes elementos para que el edificio principal se convierta en una suerte de Museo de la Electricidad de Mallorca en el que el visitante podrá conocer la historia de la electricidad en la Isla. Mantendrá, entre otras las grandes chimeneas que ahora sufren desprendimientos.

Proyecto Alcúdia Tech Mar impulsado por el Ajuntament, el Govern y el Consell la legislatura pasada.
Proyecto Alcúdia Tech Mar para que la central sea un centro europeo de descarbonización del mar.

El dinero para costear la descontaminación de la central procede de los Fondos de Transición Justa, que el Gobierno central habilita para favorecer la reactivación económica en zonas de España afectadas por el cierre de centrales térmicas. Alcúdia cumple los criterios por el cierre parcial de Es Murterar que será definitivo cuando se complete la instalación del segundo cable eléctrico que conectará la Península con Mallorca.

Museo frustrado de las Artes y las Ciencias

El de ahora no es ni mucho menos el primer intento de las administraciones públicas de convertir la antigua central de Alcanada de Alcúdia en un nuevo espacio de referencia que sume atractivo económico y turístico al municipio. El Plan Territorial de Mallorca calificó hace ya veinte años los terrenos como Área Territorial de Reconversión después de que el Ajuntament d’Alcúdia alcanzara un acuerdo con Endesa por el que la eléctrica le cedía las instalaciones a cambio de que le condonaran una deuda de IBI.

El Consell anunció en el año 2006 que el Área Territorial de Reconversión de Alcanada serviría para reconvertir la factoría eléctrica en el Museo de las Artes y las Ciencias de Mallorca y llegó a convocar un concurso de ideas para diseñarlo. Ganó el certamen el proyecto Un claro en el bosque del arquitecto Miguel Ángel Alonso. Su propuesta de reconversión tenía un presupuesto estimado de 23 millones de euros. Contemplaba la transformación del edificio original, diseñado por Ramón Vázquez Molezún en 1955, en una inmensa área de recreo ajardinada, con acceso directo al mar que dispondría de diferentes espacios públicos, entre ellos el citado museo.

El proyecto 'Un claro en el bosque' ganó en 2006 el concurso de ideas para reconvertir la central en un museo de arte.
El proyecto 'Un claro en el bosque' ya proyectaba reconvertir la central en museo en 2006.

La crisis económica de 2008 paralizó los planes del Consell que, con el paso de los años, borró del planeamiento urbanístico todas las antiguas Áreas de Reconversión Territorial. En teoría debían servir para esponjar zonas saturadas o degradadas de Mallorca y darles un uso más adecuado, pero que en algunos casos se comprobó que beneficiaban intereses privados.

Aunque la finalidad pública de esta Área de Reconversión de Alcúdia no estaba en entredicho, finalmente fue sustituida por la figura de Área de Intervención Paisajística. El Consell era el responsable de redactar un Plan especial urbanístico que garantizara su conservación y su uso público. Nunca llegó a redactar ese plan y con el paso de los años Endesa perdió la paciencia sabiendo que el deterioro de las instalaciones corría en su contra, porque el Consistorio de Alcúdia, sin la ayuda económica del Consell, no quiso escriturar a su nombre una instalación con una carga de descontaminación como esta.