En los terrenos libres de Palma también se ha reactivado la caza, tras ocho años de parón. | Pere Bota

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La caza vuelve a estar permitida en todos los terrenos libres de Marratxí, desde el mes de noviembre y tras ocho años de parón. En el último pleno, el equipo de gobierno informó al resto de partidos que el Ajuntament se había adherido al Pla Comarcal d’Ordenació del Terrenys Cinegétics d’Aprofitament Comú, lo que supone la reapertura de distintas parcelas del municipio a la actividad cinegética.

Se trata de una decena de áreas, aunque las más extensas se ubican en sa Comuna d’en Domingo, es Caülls, ses Cases Noves y Pòrtol. La decisión, que ya ha trascendido a los marratxiners, ha provocado una «gran preocupación» entre los vecinos. En concreto, la decisión ha generado malestar en quienes residen en urbanizaciones que colindan con dichos terrenos libres. «Tenemos miedo porque un arma es un arma, tenemos hijos y mascotas que pasean por la zona», advierte un vecino de es Caülls, Alejandro Pons.

Su máxima «preocupación es el peligro y la falta de tranquilidad que implica para nosotros el hecho de que se cace a una calle de nuestra casa», añade Pons. El vecino hace más de tres años que vive en Marratxí, por lo que cuando se mudó la actividad cinegética no estaba permitida en los terrenos libres. «Otros vecinos nos han comentado que antes de que se prohibiera la caza en esta parcela, se oían disparos, se encontraban perdigones. Un arma es un arma», continúa el vecino afectado.

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El hecho es que al haber habido un parón tan largo, estas zonas se han convertido en espacios de paseo, ocio y recreo de los vecinos. «Casi todos vamos ahí a pasear, ya sea solos, con nuestras mascotas e incluso con nuestros hijos», explica Pons. Delante de esta situación que tildan de «peligrosa», los vecinos no descartan movilizarse contra la decisión municipal: «Estamos en contacto con otras comunidades de vecinos y estudiamos qué tipo de medidas podemos tomar al respecto», advierte.

En ese sentido, consideran que la decisión municipal solo beneficia a un grupo reducido de personas: «El Ajuntament tiene que mirar por todos los vecinos y no gastar recursos públicos en beneficiar a una actividad que no tiene ningún beneficio para comunidad». El alcalde, Jaume Llompart, explicó que la decisión se tomó tras la reivindicación de la sociedad de cazadores local: «Siempre y cuando cumplan la normativa, está bien porque hay cazadores que no tienen coto y no se lo pueden permitir. De este modo tendrán un lugar donde cazar». Eso sí, Llompart reconoce que «la decisión puede no gustar a todo el mundo», aunque asegura que «no me ha llegado ninguna queja de ningún vecino».

La agrupación municipal del PSOE considera que la medida va contra de la convivencia vecinal y advierten de que en esos terrenos «es más fácil que se incumpla la normativa porque pueden ir cazadores que no estén asociados», aseguró ayer la edil Cristina Alonso.