Los cazadores pueden volver a practicar su afición en los terrenos libres, no vedados, de Palma tras ocho años de prohibición. | Pere Bota

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El GOB ha recordado que la figura de refugio de fauna es una alternativa para los propietarios rurales del municipio de Palma que no quieran que se cace en sus fincas y prefieran convertirlas en lugares seguros donde las diferentes especies animales puedan vivir tranquilas.

El grupo ecologista ha instado a la declaración de refugios de fauna después de que el Ajuntament de Palma haya reactivado la caza en los terrenos rurales no vedados, los llamados terrenos libres, después de ocho años de prohibición.

El GOB ha destacado que, en el conjunto de Mallorca, ha actuado como promotor e impulsor de 58 refugios de fauna, ayudando a los propietarios en la tramitación. Estos 58 refugios de fauna totalizan 1.926 hectáreas protegidas.

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Los terrenos libres, no vedados, no están sometidos a planes técnicos de caza, por lo que no se establecen objetivos para cada especie y no se prevén capturas por temporada ni número de jornadas para cada modalidad. Tampoco se prevén el número de cazadores por jornada de caza ni mejoras ambientales ni medidas de vigilancia.

Estos terrenos libres se regulan por el Pla Marc d’Ordenació Cinegètica del Consell de Mallorca, que establece las condiciones de caza (especies, modalidades, días y cupos) a nivel general, sin limitar el número de cazadores y sin fijar zonas de reserva ni vigilancia.

La entidad conservacionista, que indica que en el municipio de Palma hay miles de propietarios afectados, sobre todo en el Pla de Sant Jordi, destaca que en los terrenos libres «resulta extremadamente complicado, o imposible, identificar a responsables en caso de producirse daños o molestias a los propietarios, pues no hay ningún titular -persona o asociación- del aprovechamiento cinegético».