El proyecto pretende sembrar cientos de árboles empezando el próximo año en la zona de Son Bugadelles.

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Adaptarse a las consecuencias del cambio climático es una tarea que tienen sobre la mesa la mayoría de ayuntamientos de la Isla. Una de las medidas que apuntan los técnicos para paliar sus consecuencias es crear espacios verdes en pueblos y ciudades para mitigar así sus efectos tanta para la salud de sus habitantes como reducir las altas temperaturas.

Calvià no quiere quedarse atrás en este cometido y tiene en marcha un proyecto para multiplicar de forma exponencial el número de árboles plantados en todos los núcleos de población. El objetivo, apunta el alcalde, Juan Antonio Amengual (PP), es conseguir que en los próximos cuatro años el municipio haya aumentado su masa arbórea en todos sus núcleos de población, algo que redundará en la mejora de la calidad del aire.

De momento, los esfuerzos se concentran en la zona próxima al molino de Santa Ponça y en el polígono de Son Bugadelles. Allí, existen hasta 245.000 metros cuadrados que son propiedad del ayuntamiento y en los que, sin embargo, apenas crece la hierba. No en vano, el 98 % de esa zona verde no cuentan con un solo árbol, una anomalía que se ha ido enquistando durante los años y a la que ahora quiere poner punto y final el consistorio con esta iniciativa.

El parterre central de la piscina pública de Santa Ponça y el área próxima al Club de Hiello, en Son Caliu, son dos espacios que entran también en los planes municipales para luchar contra el cambio climático y mitigar así las llamadas ‘islas de calor’, que acumulan en verano valores próximos a los 40 grados centígrados.

El proyecto prevé que durante el 2024 se planten cientos de árboles, empezando por Son Bugadelles. Además se regarán con agua regenerada procedente de las depuradoras, en un ambicioso proyecto que promete revolucionar, durante los próximos años, la relación de Calvià con su entorno natural.
Área de Medi Ambient

La creación de esos pulmones verdes viene además alineada con el plan municipal de sustituir el arbolado urbano de sembrado en tierra por otro que, creciendo en macetas, no provoque los daños que hoy sufren buena parte de las aceras del municipio.

Ante esta situación, el responsable de Medi Ambient, Juan Thomás (PP), asegura que, por cada árbol que deba ser arrancado de las calles, se plantarán «como mínimo» otros tres en esos futuros pulmones verdes. Además, el regidor recuerda que, si bien serán menos altos y frondosos, los ejemplares que crecerán en las macetas durante los próximos años cumplirán también con su cometido de proporcionar sombra y refugio ante unas temperaturas al alza.