Un grupo de participantes, en pleno concurso. | Emilio Queirolo

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La lluvia amenazó con cancelar este domingo XXIII Concurs de Trepitjar Raïm de Binissalem, donde minutos antes de empezar cayeron unas gotas. Finalmente, el tiempo ofreció una tregua porque «no puede llover en Sa Vermada», comentaba una binissalamera llegando al concurso. El evento batió récord de participantes este domingo en su vigésima tercera edición.

Un total de 256 de trepitjadors se ensuciaron los pies para sacarle todo el jugo a la uva, de los cuales la mayoría de ellas fueron mujeres, aunque por muy poca diferencia. Del total, 129 fueron niñas o mujeres y 127, niños u hombres. No es el primer año que la mayoría es femenina, sino que en las ediciones del 2017 y del 2022, ya fue así.

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Imagen panorámica de la plazaa de Binissalem. Foto: Emilio Queirolo

Organizado por la asociación Arròs amb Salseta, el concurso se celebró como siempre en la plaza de l’Església, que estaba a rebosar de gente. Centenares de familiares de los concursantes junto con otros vecinos del pueblo acudieron a la cita que tiene por objetivo «recuperar uno de los aspectos más tradicionales de una manera festiva», pronunció el presentador. La fiesta comenzó con la llegada de los carros cargados de uva (1.495 kilos de manto negro y callet procedientes de las bodegas José Luis Ferrer).

Aunque en participantes sí se ha batido récord, no ha sucedido lo mismo en cantidad de uvas. En años anteriores, se han llegado a superar los 2.000 kilos. Eso sí, haya la cantidad que haya, los binissalamers machacan año tras año la fruta para conseguir el máximo de mosto posible y ganar el concurso.

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Un grupo de participantes, durante el concurso. Foto: Emilio Queirolo

Sobre las 17.30 horas, los participantes de la categoría infantil (6, 7 y 8 años), ataviados con la vestimenta tradicional de los trepitjadors, se remangaron los pantalones de tela de sac y se limpiaron los pies para ir a la faena. «Ya habéis hecho vino? Yo he hecho mucho», comentaba un niño a un amigo suyo justo después de participar en el concurso. Una ballada a cargo de Tall de Vermadors ha introducido a este primer grupo de trepitjadors y se ha continuado con el segundo turno infantil: los chicos y chicas de 9 a 15 años. Para acabar, los mayores de 16 años han puesto punto y final a esta celebración. Alrededor de las 20.30 horas los vecinos se fueron a casa «porque ya hemos tenido mucha bauxa estos días».